Santidad (Vacaciones en Roma-1)
El sol de esta manhana me ha hecho sentirme mejor. Temperatura barcelonesa y luz màs dorada. La luz ayuda al optimismo. Tras pasear un rato cogimos un taxi a los Museos Vaticanos. Cola impresionante pero eficiente. En media hora estabamos dentro. Es una visita imprescindible, pero a mi, igual que me ocurrio hace 5 anhos con mis padres, me deja algo frio. En primer lugar no me gusta la linealidad obligatoria del recorrido. Soy consciente de que el espacio y el numero de visitantes no da para màs, pero me hace sentir en grupo de excursionistas y en trànsito permanente hacia la Capilla Sixtina. Los embudos entre salas tambien hacen toda la experiencia algo incomoda. Total, que es de esos museos que evocan en mi màs agobio que disfrute.
Comimos en un restaurante indio muy cerca de la salida de los Museos. Un menu muy bueno en un entorno muy familiar y tranquilo. Acierto total. Después de la comida, tocò visita a San Pedro. De nuevo aglomeraciòn pero màs llevadera porque el espacio, tanto el exterior como el interior, son inmensos. Poderio eclesial en estado puro. Creo que me he hecho consciente del poder y el papel de la iglesia en el mundo al venir al Vaticano. El espacio es mensaje. Como renunciar a influir en el mundo terrenal desde un sitio asi?. Santidad rodeada de esplendor y de proyecciòn exterior... como los brazos de la propia plaza desplegàndose hacia afuera.