martes, 29 de diciembre de 2020

Navidad 2020

Hemos pasado la Nochebuena-Navidad de este año en burbuja de 3: jap se vino el 24 y se quedó con nosotros un par de noches. El año pasado estuvimos nosotros en su casa y este año tenía sentido hacerlo al revés, por aquello de la novedad del piso de Reyes. Nuestro plan inicial era hacer la comida de Navidad con mi Hermano A y su familia en su casa, pero acabamos anulando la visita porque mi Sobrino V le daba muchas vueltas al tema de la seguridad. Su idea era sentarnos en bloques de 3 en esquinas separadas de la mesa, abrir las ventanas cada 15 minutos, y llevar mascarilla si no estábamos comiendo. Decidimos que no tenía sentido andar con tantas angustias y que ya tendremos otras oportunidades en 2021 para comer juntos sin tanto susto. Así que en lugar de desplazarnos a su casa, el día de Navidad acabamos haciendo un largo y agradable paseo por el Parque del Oeste y la zona de la Universidad Complutense.

En los días posteriores a la Navidad hemos aprovechado para ir al gimnasio y para disfrutar de algunas actividades culturales que teníamos pendientes. Así, nos acercamos al CaixaForum para ver las dos exposiciones del momento: Objetos de Deseo, sobre Surrealismo y Diseño, que no está mal, y El Sueño Americano, del arte Pop a la actualidad, que prometía mucho y no nos gustó nada. También fuimos a ver La Llamada, la obra de teatro-musical, y eso sí que fue un acierto total. Pensé que, después de ver la película, la obra de teatro no aportaría mucho, pero en realidad me gustó mucho más. Nos encantó a los 4 (vino también Belén) y no me importaría repetirla. 




miércoles, 23 de diciembre de 2020

Monasterio de El Escorial

El día de la excursión al Valle de los Caídos nos acercamos también a El Escorial. Hay apenas 10 km de distancia entre ambos. Lamentablemente, nos quedamos con las ganas de entrar al Monasterio. En invierno, entre semana, cierran a las 4 y ya no dejan entrar a partir de las 3. 

Llevaba muchos años sin ir al Escorial, desde aquel curso de verano, y esta vez me gustó el edificio más que nunca. Es realmente imponente y cuesta creer que en el siglo XVI se pudiera construir semejante estructura. Visitamos los Jardines y eso permite rodear el edificio y ver la parte posterior, con la cúpula de la iglesia. No veo el momento de volver y poder visitar el interior. 




martes, 22 de diciembre de 2020

El Valle de los Caídos

Estoy de vacaciones desde ayer. Tengo todavía bastantes días pendientes este año así que me esperan un par de semanitas de vacaciones madrileñas. Entre los cierres perimetrales, las restricciones navideñas y la nueva cepa británica, no está la cosa para plantearnos escapadas, ni a Vigo ni a Zaragoza. 

A donde sí nos hemos escapado es a la Sierra madrileña. Por primera vez fuimos a visitar el Valle de los Caídos. Yo no lo tenía en mi lista de pendientes pero a dBt le apetecía ir y a jap le pareció la combinación perfecta para llevarnos después a comer a un afamado restaurante en Guadarrama. Al final, también se apuntaron Carlos y David, así que allí nos fuimos los 5, casi rozando el límite de los 6 que ha marcado la Comunidad de Madrid para estas fechas. 

Tengo que confesar mi fascinación absoluta y mi gran sorpresa con El Valle de los Caídos. Para empezar, el entorno natural es precioso. La carretera de acceso, desde el portalán de la entrada, recorre un área enorme, un parque natural en sí mismo, frondoso y con piedras graníticas. Cuando llegas a la explanada de la Basílica,  las vistas son fantásticas, todo es naturaleza virgen alrededor. Se ven los picos de la sierra, algún pantano y, en nuestro caso, grandes bancos de niebla. 

Todo en el Valle de los Caídos es grandioso. El cerro con la Cruz tiene una altura de 300 metros, como la Torre Eiffel (150 de la roca + 150 de la cruz). De un lado, está la explanada de acceso a la Basílica, enorme, con sus vistas al valle, y una escalinata de 100m de ancho (!), y del otro, la Abadía y una gran plaza porticada (dos últimas fotos). Cualquiera de las dos "plazas" con vistas a la Cruz son imponentes, por tamaño y por ese aire de arquitectura soviética.

El interior de la Basílica deja literalmente boquiabierto: las dimensiones, las megaesculturas de ángeles y arcángeles (preciosas!), las capillas con las distintas advocaciones de la Virgen en alabastro, el mosaico de la cúpula, plagado de santos y personajes históricos españoles... Muy impresionante todo. Una pena que no dejen hacer fotos; hice tan sólo una en el interior, furtivamente. 

Es imposible abstraerse de la historia sobrecogedora del Valle de los Caídos y de toda su simbología fascista. Tendrán que pasar algunas décadas más, tal vez una generación, para que su valor estético-artístico sea reconocido. Dejando a un lado el aspecto ideológico, es un monumento de primer orden, por emplazamiento y valor arquitectónico y artístico. Repetible.




viernes, 18 de diciembre de 2020

Pre-Navidad pandémica en Madrid

Aunque quedan muchas cosas pendientes, damos por superada la fase de mudanza y asentamiento en Madrid. Ya tenemos claro que los puntos más vulnerables del piso son la fontanería, y la insonorización con el piso de abajo. De hecho, creemos que tendrán que acabar levantando la bañera porque a la vecina de abajo le han salido unas pequeñas manchas de humedad. Es un disgusto, claro, pero manejable. Que levanten lo que tengan que levantar. 

La sensación de cambio psicológico de etapa viene marcada por el establecimiento de nuevas rutinas. La primera, volver al gimnasio. Nos costó encontrar el adecuado porque la mayoría eran en sótanos sin luz. Hemos encontrado uno con luz natural y ventanas abiertas en la zona de aeróbico así que muy contentos. La segunda rutina que estamos estableciendo es la vuelta a los idiomas. Yo acabo de empezar clases de portugués online, 3 días a la semana, y estoy encantado y super motivado. dBt se ha inscrito a clases de inglés y comenzará en enero. 

Por lo demás, vivimos en nuestra burbuja familiar, que incluye a jap, con el que nos vemos varias veces a la semana. Rara vez hemos quedado con alguien más: una vez con su amiga Belén y un par de ellas con Carlos de Zurich. En tiempos de pandemia, hay un retraimiento generalizado de los encuentros sociales, pero ya vendrán tiempos mejores y oportunidades para ampliar el círculo social. 

El fin de semana pasado fuimos al Teatro, a ver La Última Tourné, la obra de Félix Sabroso, en la que actúan Alaska, Mario, Bibiana y Manuel Banderas. Es una comedia-musical entretenida, sin grandes pretensiones. Mario lo hace bastante bien, la verdad. Coincidió que asistimos a la representación nº 100 así que hubo un poco de celebración al final. Tal vez, por eso, entre el público estaban los padres de Mario y América, la madre de Alaska. Todo muy familiar.


miércoles, 9 de diciembre de 2020

Días de puente

Me ha tocado trabajar buena parte del lunes y del martes, así que he tenido poco Puente de la Constitución. Lo he llevado sin dramas porque estos desajustes vienen por tener un puesto internacional.  Mis mejores festivos son siempre los que me tomo coincidiendo con los de UK, porque me aseguro así de no tener teleconferencias ni llamadas. 

A pesar del No Puente, estos últimos días nos han dado juego. Por primera vez, jap se quedó a dormir en casa, en el sofá que ya conocía de París y Londres porque la invitación de invitados la utilizamos por ahora como trastero. Aprovechamos para ver el capítulo 7 de Veneno que nos sigue sorprendiendo en a cada nuevo episodio por su calidad e intensidad emocional. Ya sólo nos queda el último. También bajamos con jap a pasear por el Campo del Moro, unos jardines que nos encantan y que están preciosos en cualquier época del año

En el apartado cultural, nos acercamos a la Fundación Mapfre para ver la exposición de fotografía de Lee Friedlander. La verdad es que no nos gustó mucho. Es uno de los grandes nombres de la fotografía contemporánea y la exposición abarca muchas de sus series, sobre América, los coches, retratos, fotos de familia, trabajadores en acción, naturaleza... El problema es que no acabamos de conectar con esos temas y fotografías. En cambio, sí nos gustaron algunos cuadros de Miró que tienen de forma permanente en la Fundación Mapfre y también una escultura dedicada a los Refugiados que descubrimos en el Paseo de Recoletos de camino hacia la exposición (penúltima foto abajo).





jueves, 26 de noviembre de 2020

Parque del Oeste

A unos 10-15 minutos de casa tenemos el Parque del Oeste. Hemos paseado por allí varias tardes, disfrutando de los colores del otoño y familiarizándonos con la estructura general del parque, que tien forma de L y un fuerte desnivel, algo que lo dota de muy buenas vistas hacia la Casa de Campo.

En uno de nuestros paseos nos tropezamos con la columna-homenaje a La Veneno. Nos quedamos impresionados con la cantidad de flores, velas, mensajes en cartulinas y soportes varios. Luego entendimos que toda esa proliferación de cariño se debía a que había sido recientemente el aniversario de su muerte. Precisamente estas semanas estamos viendo la serie sobre La Veneno de los Javis, que nos tiene encantados. Llevamos 4 capítulos porque la estamos dosificando un poco, para saborearla y no consumirla con ansiedad. Nos ayuda a ir con calma el hecho de que comenzamos a verla con jap cuando pasamos unos días en su casa, antes de la mudanza, así que ahora sólo seguimos avanzando si nos juntamos los 3 en casa. 

El momento ideal para pasear por el Parque del Oeste es el atardecer, porque el sol se pone sobre el horizonte. El mejor observatorio es, obviamente, la esquina del parque donde está el Templo de Debod. Es verdaderamente sobrecogedora esa imagen del Templo con el sol detrás y la lenta emergencia de colores naranjas y rojizos durante el crepúsculo. La vista hacia la Plaza de España con el Templo iluminado y las primeras luces en la ciudad tampoco tiene desperdicio. Sin duda, es el sitio por excelencia para disfrutar de la puesta de sol y el atardecer en Madrid. Todo apunta a que, al tenerlo tan cerca,  se convertirá en un escenario clásico para muchos de nuestros paseos. 





martes, 17 de noviembre de 2020

Dos semanas en Reyes

Día arriba, día abajo, llevamos un par de semanas en la calle Reyes. Estamos contentos con como va progresando las cosas pero aún queda mucho por hacer. Ya tenemos wifi, ya hemos probado todos los electrodomésticos y ya hemos vaciado prácticamente todas las cajas de mudanza. Todavía queda mucho por organizar pero ya nos sentimos en casa, y nos vamos familiarizando con los espacios, la luz y los ruidos. 

Tenemos que comprar algunos muebles y esperamos poder hacerlo alrededor del Black Friday a finales de mes. Sin embargo, antes tendremos que resolver dónde ubicamos el salón y el comedor. En estos días, hemos cambiado de sitio la mesa y el sofá en varias ocasiones y tendremos que fijar sus posiciones definitivas antes de comprar nada.  

En estas dos últimas semanas todo ha girado, lógicamente, alrededor del piso, pero también nos hemos dado unos buenos paseos por Madrid. Estamos encantados con la ciudad. Comparado con París, la gente nos parece mucho más amable y todo nos resulta más fácil y ... más barato. Hemos identificado, además, varias exposiciones con muy buena pinta y esperamos poder empezar a disfrutar de la vida cultural de la ciudad pronto. Lo que sí hemos visitado es la Casa de México en España y nos ha gustado bastante. A principios de noviembre tenían un "altar de difuntos" bien macabro, florido y colorido (dos últimos fotos). 




martes, 3 de noviembre de 2020

Días de transición

El martes pasado empaquetamos en París y este martes toca comenzar a desempaquetar en Madrid. Entre medias, ha transcurrido una semana de muchas emociones e ilusiones. Los dos primeros días nos quedamos en un hotel delante de la Gare de Saint-Lazare, uno de esos edificios señoriales con un gran patio central y un toque contemporáneo con 3 grandes cuadros detrás de la barra. Estaba casi vacío y a punto de cerrar porque Macron anunció un nuevo confinamiento inminente. Volamos a Madrid el jueves, el día anterior a que Francia se encerrara de nuevo. 

Estos primeros días enn Madrid nos hemos quedado  en casa de jap. Aprovechamos el fin de semana largo para hacer varios viajes de "traslado" desde su casa a la nuestra. Nos quedamos impresionados con todo lo que teníamos acumulado en su casa. Ha sido una okupación en toda regla. Aún no hemos acabado de moverlo todo. 

Han sido días de solazo y temperaturas de 20 grados. La ciudad está mucho más animada de lo que esperábamos. Salí a correr varios días para compensar la ausencia de gimnasio. También salimos a comer y cenar, nos vimos (con todas las precauciones) con mi hermano mayor y cuñada, e incluso fuimos al cine a ver La Voz Humana de Almodovar. Cuesta creer que en Madrid aún se siga haciendo vida "normal" mientras la mayor parte de Europa vuelve a estar confinada. Veremos cuánto dura esto. Si hay confinamiento domiciliario, al menos estaremos entretenido organizando y decorando los espacios del nuevo piso. Tenemos para rato con las más de 160 cajas que vienen de París.