viernes, 18 de diciembre de 2020

Pre-Navidad pandémica en Madrid

Aunque quedan muchas cosas pendientes, damos por superada la fase de mudanza y asentamiento en Madrid. Ya tenemos claro que los puntos más vulnerables del piso son la fontanería, y la insonorización con el piso de abajo. De hecho, creemos que tendrán que acabar levantando la bañera porque a la vecina de abajo le han salido unas pequeñas manchas de humedad. Es un disgusto, claro, pero manejable. Que levanten lo que tengan que levantar. 

La sensación de cambio psicológico de etapa viene marcada por el establecimiento de nuevas rutinas. La primera, volver al gimnasio. Nos costó encontrar el adecuado porque la mayoría eran en sótanos sin luz. Hemos encontrado uno con luz natural y ventanas abiertas en la zona de aeróbico así que muy contentos. La segunda rutina que estamos estableciendo es la vuelta a los idiomas. Yo acabo de empezar clases de portugués online, 3 días a la semana, y estoy encantado y super motivado. dBt se ha inscrito a clases de inglés y comenzará en enero. 

Por lo demás, vivimos en nuestra burbuja familiar, que incluye a jap, con el que nos vemos varias veces a la semana. Rara vez hemos quedado con alguien más: una vez con su amiga Belén y un par de ellas con Carlos de Zurich. En tiempos de pandemia, hay un retraimiento generalizado de los encuentros sociales, pero ya vendrán tiempos mejores y oportunidades para ampliar el círculo social. 

El fin de semana pasado fuimos al Teatro, a ver La Última Tourné, la obra de Félix Sabroso, en la que actúan Alaska, Mario, Bibiana y Manuel Banderas. Es una comedia-musical entretenida, sin grandes pretensiones. Mario lo hace bastante bien, la verdad. Coincidió que asistimos a la representación nº 100 así que hubo un poco de celebración al final. Tal vez, por eso, entre el público estaban los padres de Mario y América, la madre de Alaska. Todo muy familiar.