sábado, 31 de marzo de 2018

Casa Rosada y Centro Cultural Kirchner (Argentina /10)

Dejamos atrás la selva para volver felices a la vida urbana de Buenos Aires, dispuestos a completar las visitas pendientes y seguir disfrutando de la hiperactiva vida cultural de la ciudad. Son estos días con muchos festivos, por la Semana Santa, así que horarios y programaciones andan algo alterados. 

El Viernes Santo visitamos la Casa Rosada. Hacen unas visitas guiadas, previa inscripción, de algo más de una hora que están francamente bien. No se visita todo ni se puede fotografiar todo pero incluye, por ejemplo, el Patio de las Palmeras y el Salón Blanco, en el que toman posesión tod@s los president@s argentin@s. 

En frente de un lateral de la Casa Rosada, se encuentra el antiguo Centro de Correos, reconvertido desde hace menos de 3 años en el Centro Cultural Kirchner (CCK), dedicado al presidente Néstor Kirchner, cuyo padre era funcionario de Correos y venía desde provincias a visitar la sede central. Al igual que nos ocurrió con el Centro Cultural Recoleta, este centro ha sido un descubrimiento total y super gratificante. Es un edificio inmenso, masivo, con un enorme patio interior en el que se encuentra un auditorio que llaman la "ballena azul". Hay multitud de salas de exposiciones, con fotografía, proyecciones y "performance" varias. La super exposición del momento, que genera colas, es Amor es Amor, el Matrimonio Igualitario según Jean-Paul Gaultier. Nos gustó pero lo que realmente nos dejó impactados fue el edificio y su reforma; es un super básico de Buenos Aires. 







viernes, 30 de marzo de 2018

Iguazú, lado argentino (Argentina /9)

Tuvimos más suerte con el tiempo en el lado argentino de las cataratas. Fue algo inesperado porque la previsión hablaba de lluvias. Sin embargo, a lo largo de la mañana fue clareando y hasta pudimos ver el mítico arco iris (en realidad se forman varios, en distintos puntos). También, por efecto del mejor tiempo, había muchas mariposas, por todas partes, y de todos los colores, rojas, azules, naranjas... En general vimos mucha más fauna: aves, monos y sobre todo muchos más coatíes. Esos bichos son una especie de ardillas con hocico largo, que se mueven en manadas y buscan comida de manera incesante. Son osados y como les den pie, pueden acosar, literalmente, a los turistas.  

Frente al recorrido único del lado brasileño, el lado argentino de las cataratas dispone de 3 senderos.  Hacen falta unas 6-7 horas para recorrerlos todos, contando con alguna parada de comida o tentempié. A uno de los senderos se accede en mini-trenes que llevan hasta el inicio de un largo sistema de pasarelas de madera sobre el río que conducen hasta la Garganta del Diablo, justo enfrente de dónde acaba también el recorrido brasileño. Fue el recorrido que menos nos gustó porque simplemente va por encima del río y acaba con el mega-despeño de las aguas envuelto en lluvias y brumas constantes. Los otros dos senderos, llamados "superior" e "inferior", son, en cambio, paseos mucho más agradables, con paisajes mucho más variados y algunas oportunidades de ver fauna. 






jueves, 29 de marzo de 2018

Iguazú, lado brasileño (Argentina /8)

He leído que en Iguazú llueve aproximadamente el 30% del tiempo, en cualquier época del año. Yo calculo que en nuestro caso fue un 60% del tiempo. Aún así la experiencia global ha sido positiva. Claro que, la selva como tal no no gusta nada. Para empezar por los insectos, que ya el primer día masacraron a dBt y le dejaron el cuerpo marcado de mega-ronchas. Y lo segundo, por el bochorno, aunque en ese sentido tuvimos suerte (relativa) en esta ocasión. 

Nos quedamos 3 días en un hotel en Puerto Iguazú, para poder visitar tanto el lado argentino como el brasileño de las cataratas. Es un pueblo pequeño con un mini-aeropuerto situado literalmente en medio de la selva, en un claro entre tanta vegetación espesa. Del hotel, cabe destacar sólo la piscina y la vista al río Iguazú en su confluencia con el Paraná, lo que llaman "las tres fronteras" porque es el punto en el que confluyen Argentina, Brasil y Paraguay. El primer atardecer fue realmente memorable, por la luz, el baño y los daiquiris. 

Nuestro primer día de excursión fue al lado brasileño de las cataratas. Lo tienen todo muy bien organizado, con un centro de visitantes del que salen constantemente autobuses de doble planta que te llevan hasta la zona dónde empiezan los senderos y miradores. Pese a que fue un día de lluvia permanente, a distintas intensidades, disfrutamos del recorrido pertrechados de las capas de lluvia que venden por todos lados. El paisaje es grandioso y los miradores del lado brasileño tienen muy buena perspectiva. El recorrido acaba en unas pasarelas sobre el río al pie de la llamada Garganta del Diablo, que es el salto más grande. Desde allí un ascensor te sube a la base del río dónde hay un buen restaurante. Lo dicho, todo muy bien organizado. 






miércoles, 28 de marzo de 2018

La Boca y Fundación Proa (Argentina /7)

A mi me parece un barrio algo sobrevalorado pero La Boca es uno de esos "imprescindibles" de Buenos Aires. En realidad, toda la zona rezuma miseria en cuanto te sales del "Caminito", la calle de las casas y hojalatas de colores. Se nota bien que es una zona degradada pero los colorines y los turistas le dan otro aire. Vimos como en una calle cercana los vecinos pintaban las aceras de colores, así que tal vez dentro de unos años esa calle también formará parte del "circuito". Sin llegar a disgustarme, lo vi todo bastante parque temático. 

Mucho más interesante me pareció la existencia en pleno barrio de la Fundación Proa, un centro de arte contemporáneo con vistas a la boca del puerto. Nos encantó el edificio y la decoración especial en torno a la exposición de Ai Weiwei, un muro de bicicletas delante de la fachada, y un muro de la cafetería decorado con centros de flores (las que colocaba como protesta en la puerta de su estudio en protesta por la confiscación de su pasaporte). Lamentablemente, nos quedamos sin ver la exposición porque había demasiada cola. 







martes, 27 de marzo de 2018

San Telmo y Museo de Arte Moderno (Argentina /6)

Los domingos se celebra la "Feria de San Telmo", un mercado de antigüedades y variedades que no nos interesó lo más mínimo. No somos muy de "rastros" y de este lo único que nos gustó fue ver el ambientillo y visitar el Mercado de San Telmo que estaba muy animado con sus cafés y puestos de comida. Un sitio ideal para "visualizar" la pasión por las "empanadas" que hay en Buenos Aires, ya que se montan colas; y es que están muy buenas, nosotros hemos comido prácticamente todos los días.  

El mercadillo se acaba, o empieza, según se mire, en la Plaza Dorrego, y allí cerca se encuentra también el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, en el que vimos alguna cosa interesante. Para empezar la entrada y su escalera de estilo industrial, y también un par de exposiciones temporales. La primera de una artista lesbiana sudafricana, Zanele Muholi, con una serie de autorretratos, algunos de ellos en gran formato. La segunda, una retrospectiva de Aldo Sessa, un afamado fotógrafo argentino, en una sala enorme y organizada de forma temática; francamente buena.