domingo, 30 de junio de 2019

Ocio en KL

Las noches son animadas en Kuala Lumpur, al menos en el barrio de Bukit Bintang, la zona considerada "centro", que está llena de centros comerciales, restaurantes y comida en la calle. Aunque Malasia es un país con mucha mezcla étnica:  el componente chino representa más del 20% y hay también una minoría india apreciable (en torno al 5%). Quizás por ese carácter multiétnico, el alcohol se vende sin restricciones, a pesar de ser un país musulmán. 

Aunque la homosexualidad está prohibida, encontramos un local, Blue Boy, con ambiente divertido y espectáculo de cabaret. Nada que ver con la cultura y sofisticación de los ladyboys en Tailandia pero al menos hay cierto "ambiente".

Descubrimos otra "fiesta" por casualidad. En esta ocasión, alrededor de la piscina de la terraza del hotel Pacific Regency, en la subida a la KL Tower, la torre de Telecomunicaciones. El conductor de "Grab" que nos llevaba a la Torre nos mencionó que era un buen bar para tomar una copa y resultó que había una fiesta, con mesa de DJs y juventud. No nos gustó nada el ambiente ni la música pero al menos las vistas eran buenas. Nos fuimos después de tomar un vino para ir a cenar al VegFishFarm, un restaurante Thai a las afueras de la ciudad que cultiva sus propios productos. Parece un sitio de batalla (sillas de plástico incluidas) pero los productos son muy buenos y las mesas están en plataformas encima de un lago. Curioso y delicioso.






sábado, 29 de junio de 2019

Cuevas de Batu

Al norte de Kuala Lumpur, a unos 30 minutos en "Grab" (la compañía que compró a Uber por estas tierras) se encuentran las "Batu Caves". Es, probablemente, el principal "nodo turístico" de la ciudad, después de las Torres Petronas. Por lo visto es un sitio de gran devoción, sobre todo en las épocas de un festival que se celebra a finales de enero y principios de febreros cuando miles de personas se acumulan para hacer ofrendas a la larga retahila de dioses.

Es, ciertamente, un sitio curioso: una mega-estatua dorada de 10 pisos preside el arranque de una larga escalera colorida, en la que monos descarados roban botellas de refrescos, y cualquier otra cosa que se les ponga a tiro, a los turistas. Al final de ese via crucis se llega a una gran cueva en la que hay repartidos estatuillas coloridas, altares y algunos templos hindús.

Lo más interesante de la cueva es la propia estructura geológica, con paredes escarpadas, vegetación y el cielo abierto. Es también todo un laboratorio de comportamiento animal, porque dentro de la cueva las palomas y los monos, todos super acostumbrados a los humanos, corretean de un sitio a otro, haciéndose con los restos de las ofrendas a los dioses. Me generó fascinación y repulsión a partes iguales.

Los templos de las cuevas son muy pequeños pero al lado de las escaleras hay otros templos mucho más grandes. Todos están atiborradas de estatuas y sobredosis de colores en paredes y techos. Es todo muy kitsch y pop y nos recordó a algunas de las obras y objetos que son habituales en las exposiciones de Pierre et Gilles.  De hecho, estuvimos a punto de comprar alguna figurita. Menos mal que, esta vez, nos contuvimos. Ya tenemos en casa bastantes zarrias que organizar y depurar con el método de Marie Kondo que pensamos aplicar al piso de París este verano sin falta. 


viernes, 28 de junio de 2019

Mercadillos y arquitectura colonial en KL

Seamos claros. Kuala Lumpur no es una ciudad monumental. Su patrimonio es más bien escaso. La ciudad tiene unos 200 años y surgió alrededor de la explotación de minas de estaño por los chinos. Actualmente, la zona que se puede considerar "histórica" se encuentra rodeada por distintas zonas de mercadillos: Chinatown, Little India y el Central Market. Recorrimos los 3 sin mayor pena ni gloria pero interesados en ver el ambientillo y las muestras de arquitectura "antigua" que quedan. Comimos por allí en un café de un hotel, un lugar bastante cuidado y en el que la factura ascendió a 5€. Ahí nos dimos cuenta del nivel de vida del país. Después lo confirmamos comprando agua en un 7 Eleven porque buscaban dependientes a 1,69 € por hora (y el cartel añadía que era más que el precio de mercado que se sitúa a 1,27€!).

Más interesante que el batiburrillo de mercadillos varios nos pareció la visita a la mezquita de Masjid Jamek. Allí una amable señora que actuaba como guía nos explicó que se trataba de la mezquita más antigua de la ciudad y que estaba situada en el enclave que daba nombre a la capital, en la confluencia de dos ríos (quinta foto abajo), ya que Kuala Lumpur significa en malayo "confluencia fangosa". También nos dio un cursillo acelerado sobre el Islam; bastante interesante, la verdad, así que fue una visita la mar de instructiva. 

En los alrededores de la mezquita hay buenos vestigios de arquitectura colonial, como el edificio del Sultán Abdul Samad que aparece en la sexta foto. Aunque ese es el edificio de mayor porte, hay algunos más alrededor, algunos en proceso de rehabilitación ya que tienen un plan completo de regeneración de esa zona de la ciudad, incluyendo los 2 famosos ríos de la confluencia fangosa que ahora mismo se ven bastante asquerosillos. 

Completamos nuestra visita a la Kuala Lumpur más histórica comprando arte en el Mercado Central. Tenemos un problema porque ya no tenemos sitio dónde poner más cuadros y en el futuro piso de Madrid tampoco vamos a tener paredes suficientes. Aún así, no pudimos resistirnos al encanto y buen precio de algunas obras, como la chica del pelo verde de la última foto, que viajará a Europa acompañada de una hermana de pelo azul. Hace tiempo que nos da por los "dípticos"...





jueves, 27 de junio de 2019

Primeras impresiones de Kuala Lumpur

Las primeras horas en Kuala Lumpur fueron duras. No es una ciudad fácil. Está atravesada por autopistas y por calles que también lo parecen porque son de sentido único y tienen un tráfico intenso. Hay obras por todas partes. La ciudad vive un boom de construcción que recuerda al de Dubai de hace unos años. Hay ya numerosas torres altas pero se están construyendo muchas más. Luego está el calor tropical, claro, que tampoco ayuda. Bochorno nocturno y bochorno diurno; no te libras. 

Kuala Lumpur vive alrededor de las compras y la comida. Los centros comerciales están por todas partes; desde los de hace décadas, con estética setentera y ochentera a los más ultramodernos. Los precios son bajos, incluyendo la ropa de marca, sobre todo al estar rebajada en 40-60%. 

La comida también está por todas partes, en los centros comerciales pero también en la calle. Di tú que yo no soy nada de "street food". Me echan para atrás los olores, los plásticos y hasta la gente. Tuve mi experiencia en Chiang Mai en Tailandia, combinada con compras de mercadillo, pero no me he vuelto a animar. 

Para rematar las "peculiaridades" de Kuala Lumpur están los mosquitos. Son lo normal con este clima, pero es una preocupación adicional viniendo desde Singapur, porque allí, por lo visto, los fumigan ampliamente y no vimos ni uno. En cualquier caso, para mosquitos los de Milán, una ciudad en la civilizada Europa que está literalmente infestada aunque nadie hable de ello. 





miércoles, 26 de junio de 2019

Visiones de Singapur

Desde el martes 25 estamos en Kuala Lumpur, pero quiero poner broche a los 5 días de Singapur con algunas imágenes e impresiones generales. Hace 2 años tuve mi primera experiencia de la ciudad en un viaje de trabajo pero fue una visita limitada. Ahora, en cambio, creo que me voy con muy buena visión.  
  • Barrios tradicionales: Aunque lo más llamativo de Singapur sean sus numerosos rascacielos y el omnipresente Marina Bay Sands, el verdadero encanto es la mezcla de toda esa arquitectura futurista con barrios de casitas bajas y sabor étnico. Los dos principales son Arab Street, con su mezquita, y Chinatown con sus comercios, su comida y su bullicio. 
  • Río y Bahía. En la ribera derecha del río (tercera foto y última) es dónde mejor se observa esa combinación de mini-casas y super-torres que caracteriza a la ciudad. En la desembocadura del río en la bahía se encuentra el "Esplanade" o los Teatros de la Bahía, dos caparazones de tortuga ovoides bien vistosos. 
  • East Coast Park. Mihaela nos llevó el sábado, con una compi australiana, a este parque que recorre la línea de costa durante kilómetros. Es un sitio ideal para deportes, comida e incluso acampada, ya que hay instalaciones de duchas, baños, etc. Nosotros nos preguntamos quien puede querer acampar en la ciudad pero para todo hay gente. Para mi lo más impresionante fue ver que el mar está literalmente ocupado por docenas de barcos que ocupan todo, sin dejar ver el mar. 
  • National Gallery. Casi nos la perdemos y hubiera sido dramático porque es un museo que merece francamente la pena.  Son dos edificios históricos unidos, la Corte Suprema y el Ayuntamiento. En la planta sexta hay un par de bares con terrazas y vistas estupendas a la ciudad. Llegamos hora y media antes del cierre así que no nos dio tiempo a verlo todo. Nos centramos en lo que nos parecía más interesante (algunas fotos abajo): artistas de Singapur, como Liu KangGeorgette Chen o ese maravilloso cuadro Conversation, con 3 chicos en la playa. También había una exposición del chino Wu Guan Zhong, que consideran uno de los artistas chinos más importante del siglo XX, que nos encantó. Una pena no haber tenido más tiempo para explorar el resto del museo porque seguro que nos perdimos muchas otras cosas interesantes.
Este viaje a Singapur ha sido especial porque al quedarnos en casa de Mihaela estuvimos algo más limitados. El fin de semana nos adaptamos a sus propuestas. Con todo, salió muy bien la experiencia. Ella es una anfitriona magnífica, siempre dispuesta a proponer actividades, y tuvimos largas charlas sobre política, empresa y relaciones humanas en tiempos modernos. Todo redondo. 









martes, 25 de junio de 2019

Marina Bay Sands

Lo más icónico de Singapur es el complejo de Marina Bay Sands. Es un complejo de 3 torres unidas por una plataforma voladiza que domina la bahía y es, probablemente, la imagen más repetida de la ciudad. La verdad es que la estructura es muy chula y no nos cansamos de hacerle fotografías de día y de noche, por un lado y por el otro. El interior, sin embargo, nos decepcionó bastante. Es un conjunto de 3 hoteles y un enorme centro comercial de tiendas de lujo. Está atestado de gente y tiene cero interés. 

Una de las grandes atracciones turísticas de la ciudad es subir a CE LA VI, el bar de la "proa" de la plataforma. Las vistas del atardecer y del perfil de edificios de la bahía son magníficas. También se puede ver desde allí la "piscina infinita", de acceso restringido a los clientes de los hoteles. Nos tomamos una copa en el bar y sacamos las fotos cómo pudimos porque estaba todo llenísimo. Después del atardecer la cosa se quedó más tranquila pero aún así no nos pareció un sitio especialmente agradable. De hecho, Mihaela nos contó que había quedado para un par de citas allí y le dijimos que no era una una buena opción, porque carece del más mínimo encanto, ya que es demasiado turístico y sin personalidad. En cambio, le recomendamos The Warehouse Hotel, un sitio que descubrimos con ella otra noche. Es un hotel boutique, en un antiguo almacén en el río. El bar ofrece buenas copas y buenos postres en un espacio mucho más tranquilo y con cierto carácter. Un sitio mucho más agradable para un primer encuentro o para cualquier charla entre amigos, como la nuestra.