martes, 28 de febrero de 2023

Medina Azahara

A 8 km de Córdoba, a los pies de Sierra Morena, descubrieron, hace poco más de un siglo, los restos de una ciudad palaciega, Medina Azahara. Sólo duró en pie unos 70 años, pero fue un prodigio de puesta en escena, a mayor gloria del Califa que recibía allí a sus visitantes y los epataba con el lujerío y resplandor de la ciudad. De hecho, el nombre de la ciudad en árabe significa "Ciudad Brillante", porque dominaba el color blanco que refulgía con el solazo de Al-Andalus.

La ciudad fue expoliada durante siglos y luego cayó en el olvido, hasta que fue re-descubierta a principios del siglo XX. Sólo está excavada un 12% de la extensión original, la zona más alta, correspondiente al Palacio, las casas nobles y el Salón en el que el Califa recibía a las visitas. Están haciendo una labor impresionante de restauración para levantar arcos y casas, con los elementos que van catalogando. La ciudad es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, y bien lo merece. 

Hicimos visita guiada en autobús desde Córdoba, contratada en la Oficina de Turismo. Fue un gran acierto porque siempre te enteras mucho más que por tu cuenta y, además, porque la guía ayudó a rellenar y hacer amenos los largos tiempos de espera. Hay un centro de visitantes y museo, todo muy bien hecho, bajo tierra, para camuflarlo en el terreno. Sin embargo, está todo muy mal organizado. Hay largas colas para entrar, con sólo dos puestos de recepción, que atienden por igual visitas en grupo e individuales, y sobre todo, hay un sistema infernal de autobuses "lanzadera" que trasladan a los visitantes hasta el yacimiento. Sólo hay dos autobuses y eso generar largos tiempos de espera tanto para subir como para bajar. Lamentable. 





lunes, 27 de febrero de 2023

Patios del Palacio de Viana

El Palacio de Viana era uno de mis recuerdos más marcados de la primera visita a Córdoba, y he vuelto a comprobar que es un "básico" de la ciudad. Es un palacete del siglo XV con una importante colección de arte (que no visitamos) y 12 patios, a cada cual más mono. Es probable que las obras de arte y mobiliario no sean algo único o excepcional, pero los patios, por su número, variedad y belleza sí lo son. Y además constituyen una visita muy relajante, gracias a las numerosas fuentes y el sonido constante del agua. 





domingo, 26 de febrero de 2023

Alcázar de los Reyes Cristianos

Visité Córdoba por primera vez con mis padres, hace más de 20 años. Ha pasado el tiempo suficiente, pero que no recuerde gran cosa y todo me suene a nuevo o casi nuevo. Así, no recordaba haber estado en el Alcázar de los Reyes Cristianos, una fortaleza que fue residencia de los Reyes Católicos. El interior del edificio no es gran cosa, sin embargo los jardines son una maravilla. una sucesión de patios, estanques y fuentes, a cada cual con más encanto. 



sábado, 25 de febrero de 2023

Museos de Córdoba

Ayer vimos la última obra de Antonia San Juan en Madrid. Como somos muy fans, nos ha gustado, a pesar de ser un refrito de monólogos previos, muy buenos, pero que ya conocidos. 

Hoy sábado, cogimos un AVE a las 7 de la mañana, para pasar un fin de semana largo, hasta el martes, en Córdoba. El madrugón nos ayudó a sacarle buen partido al primer día en la ciudad. 

Nuestra primera toma de contacto con Córdoba fue a través de las visitas a los museos de Julio Romero de Torres y de Bellas Artes. Son dos museos muy pequeños, situados uno enfrente del otro, en un patio. El primero nos gustó mucho. Lástima que no se pudieran hacer fotos. Los cuadros que más me gustaron fueron "Nuestra Señora de Andalucía" y el políptico "Poema de Córdoba", que muestro abajo, compuesto por 7 retratos de cuerpo entero femeninos. Por su parte, el Museo de Bellas Artes, nos decepcionó un poco. Además de ser muy pequeño, varias de las salas estaban cerradas. Con todo, tiene algún cuadro de temática religiosa que se salva. 

Después de visitar los museos, y antes de entrar al Alcázar de los Reyes Cristianos, nos dimos un paseo por el río para disfrutar del perfil de la ciudad y del Puente Romano desde el otro lado del Guadalquivir. Esas vistas son "imperdibles" e imprescindibles. 





viernes, 24 de febrero de 2023

ARCO 2023

Después de participar en ARCO 2020, 2021 y 2022, ya le vamos pillando el truco a lo que nos gusta y a lo que no. Revoloteamos y vibramos siempre ante los mismos artistas y galerías (principalmente las francesas, Perrotin, Lelong y Poggi). 

Este año, en el apartado de artistas españoles, nos gustaron mucho los dos Guillermo Pérez-Villalta de las dos primeras fotos. También un Isabel Villar con una familia en un bosque y las ovejitas, que tengo por ahí abajo. 

En el espacio de la galería Perrotin tenían unas esculturas colgantes de vidrio de Othoniel maravillosas, y también diversas obras de Murakami, que para nosotros es un clásico familiar y del que tenemos ya 3 obras en casa. 

En la galería Poggi, vimos muchas obras de Anthony Goicolea, un americano que a mi me sonaba de ver en París, pero que aún no tenía bien ubicado. 

Finalmente, este año descubrimos y caímos rendidos ante Françoise Pétrovitch, una artista francesa de casi 60 años, ya consagrada, pero a la que no conocíamos. Pensamos seriamente en comprar, pero no tenemos ya espacio en Madrid y sus cuadros (4 últimas fotos abajo) son de gran formato y su traslado sería complicado a Ginebra. 






domingo, 19 de febrero de 2023

Reliquias

He pasado el fin de semana en Vigo. Ha sido el primer viaje desde la muerte de mi padre. Después de la comida familiar del sábado, mi madre quiso llevarme a ver la lápida, ya corregida después de un pequeño error tipográfico. Comprobamos que en los dos nichos familiares, el de mi abuela, y el de mi padre y sobrino, da el sol al atardecer, así que nos pareció una ubicación excelente para que disfruten de las puestas de sol. 

Con vistas a animar a mi madre a hacer limpia de cosas en casa, me puse a dar ejemplo, empezando por mis reliquias de adolescencia y primera juventud. Me quedan aún muchas horas por delante de revisión y limpieza, pero he comenzado a abrir carpetas y cajones y, como resultado ya he tirado dos buenas bolsas de documentaciones varias y otras dos de objetos inservibles, que no conservaban ni siquiera valor sentimental, porque no recordaba de dónde habían salido.  

La operación limpieza sirvió para reencontrarme con múltiples intereses de mi pasado: colecciones de posavasos y postales de puestas de sol, libros varios del conservatorio (tratados de solfeo y armonía, así como partituras de guitarra), cursos de educación al desarrollo, de sectas y de psicología política, documentos de mi activismo en organizaciones no gubernamentales, múltiples recortes de prensa, o materiales del CAP (curso de aptitud pedagógica, para poder ser profesor de Instituto; menos mal que eso no llegó a ningún sitio...). También encontré juegos de sobremesa, como el Conygan de la foto, en el que tenías que adivinar códigos de colores a partir de ciertas pistas. 

Entre los múltiplos reencuentros con mi pasado, me gustó encontrar el rastro de mis primeros viajes, como el fin de curso de EGB a Barcelona en tren, el fin de curso de instituto a Lloret de Mar, o mis primeras visitas a Madrid o Zaragoza, con menos de 20 años. Tiré muchas cosas, pero también guardé muchas otras. Me gusta guardar cápsulas del tiempo, esos pedazos de memoria de lo que un día fui y de los grandes bloques de intereses y experiencias que construyeron mi identidad.

viernes, 17 de febrero de 2023

Atardeceres y mudanzas incompletas

En estos días de pre-primavera, la luz de Ginebra al amanecer y al atardecer crean una atmósfera relajante y sanadora, justo lo que necesito para hacer frente a mi incipiente hipertensión. Es una lástima que, aún así, no haya conseguido aplacar el aceleramiento de esta semana, entre la gestión de varios despidos en la oficina, la carga laboral general y el proceso de completar la mudanza al apartamento nuevo. 

El miércoles trabajé desde la nueva casa, con la idea de recepcionar varias entregas, entre ellas la del colchón con el que poder pasar la primera noche en el apartamento. Fue un día agridulce porque, aunque el colchón llegó y pude instalarme definitivamente, hubo un error por parte de IKEA y no pudieron completar el montaje del armario de la habitación. A pesar de la decepción, decidí adoptar una postura zen y fluir con mis circunstancias. Al menos tengo ya lo básico para arrancar a vivir y, poco a poco, el nuevo espacio se irá convirtiendo en un nuevo hogar, a la espera de que David se traslade algunos meses más tarde.