sábado, 30 de mayo de 2020

11 imágenes del 11.º distrito en París

En estas últimas semanas, tras el desconfinamiento, el distrito 11 se ha convertido en una de nuestras zonas preferidas de paseo. A pesar de alguna incursión previa, era un área de la ciudad mayormente desconocida. Aunque a mi me suena mucho mejor distrito 11, lo cierto es que hay que referirse a él como el undécimo, porque en francés los "arrondissements" siempre se dicen y escriben como ordinales. Confieso que tuve que consultar la RAE para confirmar cómo se escriben los ordinales y descubrir que llevan un punto antes del símbolo. Después de eso, corrí a re-editar un par de entradas anteriores del blog, en las que hablaba del 5.º y de la vida en el 16.º

El distrito 11.º se extiende a la derecha del eje que va desde Bastilla a Republique y no tiene grandes atracciones turísticas. Sin embargo, tiene un ambiente muy agradable. Cerca de Bastilla hay callejuelas llenas de bares (ahora cerrados), comercios y restaurantes. Es una zona bulliciosa dónde además hemos descubierto, en un pequeño radio, un montón de grafittis de Miss.Tic con sus super-mujeres acompañadas de juegos de palabras punzantes. Encontrarlos nos generó esa especie de subidón del explorador, como si descubriéramos una piedra preciosa en medio de la selva urbana. 

El otro gran descubrimiento del barrio es la Iglesia de San Ambrosio, del siglo XIX, cuyas torres se ven desde nuestra casa. A pesar de ser enorme, nunca habíamos pasado por delante. No lejos está el Atelier des Lumières, una antigua fundición reconvertida en una especie de museo-espectáculo, en el que proyectan "exposiciones inmersivas". El concepto es bastante impresionante: imágenes en 360º en un espacio enorme, con distintas proyecciones sobre pintura impresionista, Dufy, Chagall e Yves Klein. Con todo, la que más nos gustó fue la última, una proyección contemporánea, rollo futurista. De hecho, nosotros reconvertiríamos el concepto más hacia el video juego y el futuro distópico, y pondríamos menos pasteleo de colorines impresionistas. 

La visita al Atelier des Lumières fue nuestra primera actividad cultural en meses, ya que los museos permanecen cerrados. Nos sorprendieron todas las medidas de higiene-seguridad: máscara obligatoria, geles hidroalcóholicos, toallitas desinfectantes y control de temperatura al entrar (acercas la palma de la mano a un sensor). A partir del próximo martes 2 de junio abrirán los museos y veremos si toda esa parafernalia se generaliza como parte de la "nueva normalidad".






domingo, 24 de mayo de 2020

Entre sinagogas

Tenemos varias sinagogas cerca de casa y nunca hemos entrada en ninguna. La última que hemos descubierto es la de Tournelles, detrás de la Place des Vosges (primera foto). La que sí teníamos bien controlada es la de la rue Pavée (segunda foto). Como el resto de lugares de culto, sólo han reabierto recientemente. Tendremos que armarnos de coraje y aventurarnos en alguna, superando el pudor de que se nos note que somos sólo "husmeantes" y no creyentes. 

En realidad, el mundo judío siempre lo hemos tenido muy cerca en París pero nunca le hemos prestado mucha atención, más allá de una primera ronda de visitas a los museos, hace años.  Nos ha entrado más curiosidad recientemente, a raíz de ver Unorthodox, la mini-serie de 4 capítulos de Netflix, que nos ha abierto los ojos a ese universo paralelo de las comunidades ultraortodoxas judías. Es increíble, y triste, lo que te puede marcar la vida nacer en una comunidad de fanáticos. 

Vivimos muy cerca del Pletzl, el pequeño barrio judío escondido en las calles de Le Marais. Durante el confinamiento la calle Roi de Sicile estuvo decorada con batas blancas en apoyo a los profesionales sanitarios, y la calle Rosiers, peatonal y habitualmente atestada de gente estuvo deliciosamente desierta. En las dos últimas semanas ya han reabierto las tiendas de ropa y han vuelto las "colas del Falafel" así que es literalmente imposible mantener la distancia social. 

Dentro de nuestro renovado acercamiento al universo judío, estamos prestando ahora más atención a las tiendas de comestibles, dulces y librerías. Y hasta nos hemos aventurado con la comida israelí para llevar del restaurante Tavline, deliciosa y repetible. 



lunes, 18 de mayo de 2020

Cena en Batignolles

Estamos encantados de poder pasear sin límites de tiempo y espacio en París. Hasta nos hemos aventurado en el metro, que ahora mismo parece como meterse en el infierno. La verdad es que está todo super bien señalizado, con los asientos que se pueden usar y los (pocos) puestos de pie disponibles. De todos modos, era sábado y había muy poca gente así que no había que hacer esfuerzos para garantizar la distancia social. También fue nuestra primera experiencia con la mascarilla; dBt no sabía ni ponérsela y se la puso en plan "velo". 

El  motivo de nuestra "aventura de riesgo" en el transporte público fue subir a Batignolles para reencontranos con Ronke. Con ella hicimos la última cena de sábado previa al confinamiento, y ahora  la primera del desconfinamiento. Hemos cerrado un ciclo, y entre ambos encuentros reales hemos mantenido el ritual de cenar virtualmente por FaceTime todos los sábados. Estábamos contentos de volver a vernos y nos abrazamos con ganas. Nos sorprendió su predisposición al contacto físico porque nosotros somos muy  respetuosos con los miedos y paranoias de cada uno así que, de entrada, mantuvimos el metro de distancia. 

El encuentro fue una oportunidad para explorar desde un nuevo ángulo la arquitectura contemporánea del barrio, y también para llevarle a Ronke su regalo de cumpleaños, que fue a principios de abril. Le regalamos una menina, la tercera, así que menina a menina se está haciendo con una colección. Llevábamos 3 años sin estar en su casa, así que disfrutamos de su apartamento. En el hall de entrada tiene una ventana con vistas a los tejados del barrio, y con orientación hacia la puesta de sol!.




viernes, 15 de mayo de 2020

Nuestra nueva obsesión por el arte urbano en París

Esta primera semana de desconfinamiento ha traído una renovada actividad a la ciudad. No me esperaba que se fuera a notar tanto, y tan rápido, pero lo cierto es que desde el lunes el tráfico se disparó y el número de gente en la calle también. Por un lado, alegra ver que la ciudad va retomando su pulso y, por otro, entra cierta nostalgia de la tranquilidad de los dos últimos meses. 

Lo que no ha variado, o más bien se ha acelerado, es nuestro interés creciente por el arte urbano en París. Después de todos estos años ignorándolo, ahora estamos ávidos de encontrarnos con obras en la calle y también de reconocer y descubrir nuevos artistas. 

Nos seguimos encontrando con las flores de In Love, con las que empezó todo en abril, y también con los espejos multicolor de Exposito Art. Con estos dos artistas ya hemos entrado en contacto y estamos valorando sus catálogos. 

En el extremo opuesto está un artista al que aún no hemos localizado y que últimamente ha pegado unos personajes en forma de bolo, trazados en blanco con fondo negro. Aparecen siempre de uno en uno y están por todas partes, como se puede ver en alguna de las fotos de mi entrada anterior sobre el arte urbano.  La gran sorpresa fue descubrir esta semana dos grandes murales al lado del Pompidou en los que parece que sus personajes han abandonado la distancia social para congregarse ante el museo. Lamentablemente estas dos grandes obras apenas han durado un par de días. Una la han recubierto enteramente y en la otra han firmado con spray de color. Supongo que hay que asumir que el street art es vulnerable y, en gran parte, efímero. 

Dentro de los artistas a los que ya vamos reconociendo están por supuesto los mosaicos de Invader. Están por todos lados, cual auténtica invasión urbana. Para colmo, nos hemos descargado la app que te permite capturarlos e ir sumando puntos (como en el videojuego, claro). Capturé 20 en una única salida a correr. A dBt no le gustaban pero ahora le hacen gracia así que esto se puede convertir en una actividad adictiva para los dos. 

En los últimos días hemos conocido algunos nuevos artistas: 
ALO, un italiano afincado en Londres que ha dejado su huella en París. 
Eddie Colla, con sus obras de gran formato, y con la pequeña e icónica mujer con mascarilla entre caracteres chinos, que diseñó hace años pero que ha adquirido ahora todo su poder simbólico (penúltimas fotos).
- Angel Crow, y sus extraños personajes en póster, muy coloridos y también omnipresentes (dos últimas fotos). 

En fin, que tiene toda la pinta que este interés obsesivo por el street art ha venido para quedarse. Va a ser el gran legado positivo que nos deje este período inicial de la pandemia de COVID-19. Siempre recordaremos que todo empezó con el confinamiento. 







domingo, 10 de mayo de 2020

El fin del confinamiento

Hoy es el último día de confinamiento en Francia. No parece que vaya a cambiar dramáticamente nuestra vida en los próximos días pero, en todo caso, lo vivimos con ilusión. Hemos ya previsto darnos un masaje el próximo jueves y hacer una cena real, y no virtual, con Ronke el sábado en su barrio. 

Para celebrar la llegada de la nueva etapa, este fin de semana repetimos los encuentros prohibidos: aperitivo el viernes con la vecina del séptimo y comida el domingo con Christian y Honoré en su casa. Todos ellos se mostraron muy críticos con la restricción de libertades que había supuesto este período y todos confesamos que nos habíamos saltado alguna vez los límites del km de distancia y la hora de tiempo máxima que teníamos para salir. A pesar de las incomodidades,  y del incordio de tener que rellenar, durante dos meses, una "attestation" en el móvil o en papel cada vez que salíamos de casa, es evidente también que hemos vivido todos un confinamiento privilegiado en pleno centro de París. 

Esperemos ahora que todo se desarrolle bien en las próximas semanas y que no se deteriore de nuevo la situación sanitaria, ni en Francia ni en España, para que podamos pensar en visitar a la familia a finales de junio. 



viernes, 8 de mayo de 2020

Arte urbano en París

Las últimas semanas nos han traído un "despertar" hacia el arte urbano. Han sido necesarias estas semanas sin viajes, sin duda el más largo período que hemos tenido sin movernos por trabajo o por ocio, para que pudiéramos prestar atención a los numerosos artistas urbanos que tenemos al lado de casa. 

En realidad, empezamos a conocer algunos "nombres" de artistas callejeros a raíz de un par de exposiciones, una en París y otra en Amsterdam, y porque nos hicimos con una obra de Miss.Tic, la primera artista urbana que nos gustó, entre su feminismo y sus juegos de palabras. Sin embargo, nunca habíamos prestado demasiada atención a las obras en las calles y ahora descubrimos que París está verdaderamente plagada de ellas y que nuestro km cuadrado del confinamiento es todo un museo al aire libre. No nos gustan todas las obras, ni todos los artistas, pero investigarlos un poco ha sido toda una revelación para entenderlos mejor y descubrir nuevas capas en la ciudad.  

Enfrente de casa, en la Plaza Stravinsky, en un lateral del Centre Pompidou, hay un gran muro que reúne 3 de los grandes nombres del "street art" (primera foto). A la izquierda, una especie de Dali de ojos desorbitados pide guardar silencio. Es una obra de Jeff Aérosol que lleva ahí casi 10 años. A su lado, en el medio, hay un mural azul del artista americano Obey, que instalaron en junio del año pasado, y a la derecha, medio alienígena de Invader que instalaron en diciembre. A mi me gustaba mucho toda esa pared pero no sabía que reunía tanta "obra maestra". 

El caso de "Invader" es probablemente el más curioso. Sus alienígenas en mosaico están literalmente por todos lados. Son una auténtica invasión del espacio como él pretende. Además en su página web muestra su localización en todo el mundo y también los puntos que les asigna, porque todo es una especie de simulación de los videojuegos de los 80 con invasores alienígenas. A mi me hace gracia todo el planteamiento pero a dBt no le gustan nada. Y no es el único. He leído que en Hong Kong han retirado todas sus obras y en Japón lo han declarado "persona non grata". En cambio en París han intentado robar sus obras de las calles y recientemente ha vendido una Mona Lisa pixelada por 150 mil euros. Ha sido de contradictorio es el arte contemporáneo. 

Más allá de los grandes nombres que he comentado, hemos descubierto algunos otros. Por ejemplo unos corazones atrevesados por una A de un artista que se hace llamar A2, una especie de A al cubo que corresponde a la A de Amor y la A de Anarquía. Son pequeños pero están también por todos lados. Al igual que los autoretratos de "John Hamon", al que yo personalmente le he cogido manía. Son una auténtica plaga y los tiene en distintas variantes. El hombre lleva 20 años colgando su fotografía por todos lados. Lo más flipante de todo es que ha logrado un gran reconocimiento y también ha hecho proyecciones con su nombre o su rostro en sitios tan emblemáticos como la Torre Eiffel, o el Arco del Triunfo. Vivir para ver. 

También hemos descubierto artistas menos prolíficos y más discretos pero que también nos gustan. Como el que hace Mona Lisas "pop" en tríos, o "Exposito Art" que hace sus autoretratos en espejos de colores. En fin, todo un nuevo universo que hemos descubierto con el confinamiento y que nos tiene bien entretenidos en nuestros paseos diarios. 









domingo, 3 de mayo de 2020

Los días iguales

Los puentes de mayo son propicios a viajes y planes especiales. Hace 10 años nos visitaban mis padres por primera vez en París, en nuestros primerísimos meses en la ciudad. El año pasado, en cambio, era yo el que los visitaba a ellos en Vigo e íbamos juntos de manifestación a pesar de que cada vez están para menos trotes. Este año, sin embargo, estos primeros días de mayo son iguales al resto de los días de abril y marzo bajo el confinamiento. Es difícil diferenciar unos de otros porque hacemos esencialmente lo mismo. 

Salimos a pasear a diario y nos estamos convirtiendo en auténticos especialistas de nuestro km cuadrado: hemos descubierto nuevas plazas que no conocíamos, prestado atención a la ornamentación super elaborada de muchos edificios y hemos aprendido a identificar muestras de arte urbano que antes nos pasaban desapercibidas. 

Yo llevo esta nueva vida rutinaria muy bien. Agradezco el parón de viajes, la mayor disponibilidad de tiempo en casa para ordenar cosas y recuerdos, y el poder disfrutar de París de esta forma tan diferente y tranquila. Para dBt, en cambio, las cosas son algo diferentes. Agradece y disfruta el redescubrimiento de la ciudad pero al mismo tiempo se siente algo más perdido. Dejó de trabajar a finales de 2019 para centrarse en la reforma del piso de Madrid, y ahora, con el parón de las obras de las últimas semanas,  el horizonte temporal para la mudanza es algo incierto. 

Justo hace ahora 5 años, se trasladaba dBt de Londres a París. En los últimos días se ha puesto en contacto con varias empresas de mudanza para explorar presupuestos y condiciones. Por ahora parece que sólo hacen mudanzas nacionales y no internacionales, aunque no parece que estén formalmente prohibidas. En cualquier caso, el verdadero problema ahora es saber cuando se pueden retomar las obras en Reyes y prever cuando puede estar el piso disponible.