lunes, 18 de mayo de 2020

Cena en Batignolles

Estamos encantados de poder pasear sin límites de tiempo y espacio en París. Hasta nos hemos aventurado en el metro, que ahora mismo parece como meterse en el infierno. La verdad es que está todo super bien señalizado, con los asientos que se pueden usar y los (pocos) puestos de pie disponibles. De todos modos, era sábado y había muy poca gente así que no había que hacer esfuerzos para garantizar la distancia social. También fue nuestra primera experiencia con la mascarilla; dBt no sabía ni ponérsela y se la puso en plan "velo". 

El  motivo de nuestra "aventura de riesgo" en el transporte público fue subir a Batignolles para reencontranos con Ronke. Con ella hicimos la última cena de sábado previa al confinamiento, y ahora  la primera del desconfinamiento. Hemos cerrado un ciclo, y entre ambos encuentros reales hemos mantenido el ritual de cenar virtualmente por FaceTime todos los sábados. Estábamos contentos de volver a vernos y nos abrazamos con ganas. Nos sorprendió su predisposición al contacto físico porque nosotros somos muy  respetuosos con los miedos y paranoias de cada uno así que, de entrada, mantuvimos el metro de distancia. 

El encuentro fue una oportunidad para explorar desde un nuevo ángulo la arquitectura contemporánea del barrio, y también para llevarle a Ronke su regalo de cumpleaños, que fue a principios de abril. Le regalamos una menina, la tercera, así que menina a menina se está haciendo con una colección. Llevábamos 3 años sin estar en su casa, así que disfrutamos de su apartamento. En el hall de entrada tiene una ventana con vistas a los tejados del barrio, y con orientación hacia la puesta de sol!.