lunes, 12 de marzo de 2018

Torres de Notre Dame

Semana a semana vamos entrando en la mentalidad de que la fase de París se acaba. A mi me da algo de pena y dBt está por ponerse a hacer cajas ya e irnos cuanto antes. En lo que sí estamos de acuerdo es que, poco a poco, tendremos que ir despidiéndonos de la ciudad y desarrollar una lista de cosas a ver o hacer antes de irnos. 

Entre las cosas que teníamos pendientes en París, estaba subir a las Torres de Notre Dame. Yo había estado en mi primera visita a París, con jap, pero apenas recordaba nada. Aunque la visita nos apetecía mucho siempre la íbamos demorando por la pereza que nos daban las colas de gente. Al final, durante el desayuno del domingo, decidimos ir ese mismo día, a primera hora, a las 10. Se daba todo bien: cielos  despejados, sin frío, y todavía invierno (es decir, temporada baja de turistas). Reservamos el turno de entrada online pero tuvimos que hacer cola igualmente porque permiten reservar el horario pero no comprar la entrada (todo muy práctico). La subida es dura, conté al bajar unos 330 escalones, pero las vistas de la ciudad en 360º son estupendas, aún mejores que las de la Tour de Saint-Jacques. Hay dos niveles: el primero es un pequeño recorrido que conecta las dos torres, y el segundo es la cubierta superior de la torre de la derecha.  En los dos niveles, hay una valla metálica bastante tupida que afea bastante la experiencia pero supongo que quieren evitar que se puedan tirar objetos a las muchedumbres que esperan abajo a entrar en la catedral.