viernes, 14 de mayo de 2021

Despedida de Venecia

Va siendo hora de cerrar mi saga veneciana. Es evidente que es una ciudad que me ha impactado y me ha encantado. Parte del embrujo se debe, sin duda, a que nunca la tuve en mi lista de destinos, así que mi expectativa era muy baja. Sin conocerla, pensaba que estaba sobrevalorada, hiper-masificada, y que a mi el rollo de las góndolas y el romanticismo no me llamaba nada. Sin embargo, he descubierto un destino con un patrimonio artístico inabarcable y una belleza indiscutible. Sigo sin ver la fascinación por las góndolas pero tal vez tengo que esperar a probarlas en un futuro viaje. 

Coincidiendo con nuestra estancia en la ciudad, El País publicaba un super-reportaje en su portada del suplemento semanal: Venecia quiere resucitar. Lo leí mientras estábamos allí y lo he vuelto a re-leer estos días. Está muy bien tanto el texto como la selección de fotos. Explica el impacto tan brutal del turismo de masas en una ciudad tan pequeña y de callejuelas tan estrechas. Afortunadamente, nosotros la vivimos sin gente y tal vez eso haya magnificado esta primera experiencia. Tenemos claro que volveremos, tal vez coincidiendo con una Bienal, pero también que no volveremos a tener una visita tan tranquila como esta, en medio de una pandemia.

Como despedida dejo una selección de fotos de los palacios del Gran Canal y del Puente de Rialto. Para ir a la estación de autobuses cogimos el vaporetto de la línea 1 que hace todo el recorrido del Gran Canal, alternando paradas en las dos riberas. Fue un buen broche para el viaje, aunque desde el avión aún tuve el regalazo de poder disfrutar de unas super vistas de Venecia con la luz dorada del atardecer.