sábado, 1 de mayo de 2021

Venecia en pandemia

Con un bono de Iberia por vuelos no utilizados en 2020, nos hemos venido a Venecia en este puente del primero de mayo. Nunca fue una ciudad que me interesara demasiado (ya se sabe que la ignorancia es atrevida) pero se impuso la perspectiva práctica de venir antes de que se vuelva a disparar el turismo. 

Nos hicimos una prueba de antígenos la tarde anterior para poder acreditar en el embarque que éramos negativos y cubrimos dos copias de un formulario de las autoridades italianas certificando nuestro buen estado y ausencia de contacto con ningún caso positivo recientemente. Una de las copias se la queda Iberia y la otra la policía italiana en el desembarco. Al ser un viaje corto, 3 días, no nos hicieron muchas preguntas. Creemos que la misma prueba negativa de antígenos del viernes nos servirá para entrar en de vuelta en España el lunes, cumpliendo con el requisito de que tenga una validad de 78 horas. 

Nos alojamos en un hotel, de una de esas cadenas que yo utilizaba mucho para trabajar, en la isla de Giudecca, con buenas vistas al centro. Ya hablaré de ese hotel y esa isla en otra ocasión. Ahora lo que me interesa destacar es que nuestros primeros paseos y vaporettos en Venecia han sido todo un éxito y, obviamente, me han quitado todas las reservas. Hay belleza por todas partes y no mucha gente. Venimos sin pretensiones porque sabemos que, entre festivos y pandemia, habrá muchas cosas cerradas, pero en las primeras horas ya hemos disfrutado sin agobios de la Plaza de San Marcos y del Gran Canal desde el Puente de Rialto que son habitualmente los dos puntos de mayores aglomeraciones.