viernes, 24 de noviembre de 2006

Voluntad

Después de meses sin masaje de espalda, ayer tuve sesión doble. La primera, de media hora en las oficinas. Y es que ahora la tendencia es a ofrecer a tus empleados multitud de beneficios extras pero que no supongan grandes costes para la empresa. Simplemente te acercan servicios a la oficina a un precio razonable. Y todos encantados. El segundo masaje fue en el centro médico-spa del gym, que también concentra en sus instalaciones peluquería y tienda deportiva. Yo creo que vamos hacia un modelo de mini-centros comerciales, concentrando servicios allí dónde la gente pasa tiempo, de tal forma que se ahorren desplazamientos.
Hacía mucho que no veía a mi masajista, un cielazo de tío con el que he desarrollado una relación de confianza casi psicoanalítica. Nos contamos confidencias mutuamente mientras yo estoy tirado en la diván-camilla. Ayer nos dimos un fuerte abrazo de reencuentro y tuvimos tiempo para que él me pusiera al día. Una hora de repaso a sus últimos meses de vida sexual, familiar y profesional. A mi me encanta escuchar, porque conozco ya a todos los personajes y disfruto con sus andanzas: la mujer, la hija pequeña, la hija mayor en Barcelona, su hermano gay...
Tras el segundo masaje del día, todavía tuve fuerza de voluntad para subir un rato a hacer bici. Me llevé "Laura y Julio", la última novela de uno de mis autores preferidos, Juan José Millás. Lo estoy disfrutando un montón. Está repleto de pequeñas historias dentro de la trama, como la de las medias sombras que van por el mundo buscando reunirse. No pensaba comprarlo para no reiterarme con los mismos autores, pero ha sido un regalo de A(men) en su última visita a Madrid, para montar su corto. Y ha sido un acierto total.