lunes, 27 de noviembre de 2006

Infidelidad

Domingo tranquilo en Barcelona. Algo de resaca pero ligera. Tan sólo cansancio y un inicio de dolor de cabeza abortado enseguida con Arcoxia. La tarde me dio para explorar nuevas funcionalidades del blog, como la de agrupar las entradas por temas. Acaban de publicar una nueva versión, la Beta, y anuncian que es sólo el inicio de todo lo que se podrá hacer en el futuro.
Acabamos la tarde en un local de la calle Calabria, ensayando moderneces. Me subí al taxi camino del aeropuerto muy intranquilo, pensando que tal vez en el fondo no soy tan liberal como pienso. Todo el rato intentaba racionalizar que tenemos en la cabeza respecto a la infidelidad y el sexo fuera de la pareja. Supongo que es una mezcla de inseguridades, posesión y el cutrerío de pensar lo bien que se lo puede pasar el otro sin ti. También me indigna la diferente vara de medir que utilizamos para las infidelidades propias y para las ajenas. Hay bastantes incongruencias ahí. Afortunadamente, dvt me llamó muy rápido por lo que salí de todas mis dudas y me quedé ya más relajado. Reflexionando igualmente, pero ya sin ansiedad. Al final cada uno tiene que pensar y decidir cuales son las cosas que nos hacen daño y como equilibrar la necesaria independencia del otro con nuestro bienestar emocional. También hay mucho de proceso de crecimiento personal en el sexo, procurando ponerlo en su justo lugar, una mezcla de ocio y salud, importante pero no determinante exclusivo de la vida emocinal.
Volví de Barcelona como llegué, en un vuelo internacional. En este caso procedente de Tel Aviv, con sus consiguientes judíos fundamentalistas de largas barbas y ropas y sombrero negro. De nuevo, aduana de salida y de entrada, cual viajero del mundo.