Guggenheim (Semana Santa -2)
La sala de Richard Serra del Guggenheim es para mi lo más espectacular del interior del museo. El resto, ya sea permanente o temporal, que no lo distingo, me deja con la sensación de perderme algo... todo lo que no entiendo de las obras. Disfrutamos también del paseo exterior, que cada vez está más bonito.
Después del museo intentamos ir al Puente de Algorta, que recientemente han declarado Patrimonio de la Humanidad. Pero me lié con la autopista y acabamos en las playas de Sopelana. Fue una casualidad pero desde luego el paisaje es espectacular, de acantilados, y con un paseo que bordea la costa y las playas desde arriba, con bancos para mirar el Cantábrico. Fue uno de los momentos más relajantes y agradables del viaje.
Finalmente, de vuelta de las playas, encontramos el Puente Colgante. Atardecía. No subimos; dvt tenía un poco de frío y se mostró muy indiferente. Discutimos un poco por su actitud. Puedo entender que el puente no le interese pero no que no se esfuerce por disfrutar de ese momento conmigo, ya que era evidente que a mi sí me interesaba. Volvimos a Bilbao algo distantes.