Tiempos Líquidos
"Si uno no quiere hundirse debe seguir haciendo surf, y eso implica cambiar de vestuario, de muebles, de papel pintado, de aspecto y de hábitos - cambiar uno mismo en definitiva- tan a menudo como le sea posible."
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He leído Tiempos Líquidos, el último libro del sociólogo Zygmunt Bauman (el mismo de Amor Líquido). Lleva por subtítulo "Vivir en una época de incertidumbre" y es una colección de 5 ensayos sobre distintos temas: los miedos en la vida moderna, los movimientos de refugiados e inmigrantes, la política como algo cada vez más local en un mundo con verdaderos retos globales, o la configuración de las ciudades con barrios-fortaleza, en las que hay una gran mixofobia (se configuran comunidades de semejantes para no mezclarse demasiado con los "otros" a los que se teme). En fin, todo un poco deprimente. Pero la guinda se la lleva una cita que el autor utiliza, de Joseph Brodsky, un poeta ruso-americano, premio Nobel de Literatura de 1987. En un discurso para los estudiantes de Darmouth College (al estilo del de Steve Jobs en la Universidad de Stanford) les comentó:
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"... os aburrirán vuestros empleos, vuestras esposas, la vistas desde vuestras ventanas, los muebles y el papel pintado de vuestras habitaciones, vuestros pensamientos, vosotros mismos. Por tanto, intentaréis encontrar vías de escape. Además de los chismes gratificantes, tal vez os dé por cambiar de trabajo, de residencia, de empresa, de país, de clima, tal vez os deis a la promiscuidad, al alcohol, a los viajes, a las clases de cocina, las drogas o el psicoanálisis (...). De hecho, tal vez juntéis todas estas cosas, y durante un tiempo os servirán. Claro que llegará el día en que os despertaréis en una nueva habitación y con una nueva familia, distinto papel pintado, en un estado y clima diferente y con un fajo de facturas de vuestra agencia de viajes y del psiquiatra, y aún así la luz que se cuela por la ventana os producirá la misma sensación rancia..."
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Casi dan ganas de suicidarse. No sé como acabaría él con tanto optimismo. Para quien lea inglés, el discurso completo, Listening to Boredom, es una auténtica joya literaria y vital.