martes, 11 de agosto de 2020

3 pueblos con encanto de Bretaña

Bretaña acumula muchos pequeños pueblos "con encanto", tantos que hay todo tipo de "listas" respecto a cuales son los más bonitos. Los hay costeros y los hay de interior y en este viaje tuvimos ocasión de ver de los dos tipos. En el apartado marítimo destaca Concarneau, y su "ville close", un recinto amurallado en una pequeña isla en la bahía del pueblo. Ese enclave se fortificó ya en el siglo XIII pero las murallas actuales son posteriores, de la época del marqués de Vauban, un ingeniero francés que se dedicó a fortificar medio país en el siglo XVII (es el mismo que hizo la ciudadela de Lille, por ejemplo).  Es un sitio muy turístico (como Locronan, por cierto) pero lo cortés no quita lo valiente y merece bien la pena pasear por sus calles y subir a las murallas para disfrutar del puerto y la bahía. 

Hacia el interior, en ruta hacia Rennes, está Josselin, con sus casas de entramado de vigas de madera de colores y su castillo de cuento al lado del río. Hicimos sólo una parada técnica, en plan comprar agua y estirar un poco las piernas, pero yo me quedé con ganas de explorarlo mejor. Es pequeño pero al menos me hubiera gustado pasear por el río, caminando o en barca. 

A unos 40 km de Rennes se encuentra Vitré. En esta ocasión, sí hicimos parada en condiciones, incluyendo una noche de hotel para dividir la vuelta a París en dos etapas y que no se nos hiciera tan pesada. Vitré es el perfecto ejemplo de una ciudad medieval prácticamente intacta. El Castillo es perfecto, casi sacado de una caja de Exin-Castillos, a cada torreón más bello y mejor conservado. Impresionan también las murallas y las calles del casco histórico, plagadas de casas de entramado de vigas de madera. Hasta vimos trabajando un cantero tallando piedras en la puerta de una de ellas, en una estampa que bien podría haber ocurrido hace 500 años. Eso sí, todo muy gótico pero al mismo tiempo bastante mustio. A pesar de ser lunes, no había mucha vida en las calles y nos costó lo nuestro encontrar un sitio donde desayunar.