lunes, 1 de junio de 2020

Caminata París - Versalles

En Francia hay mucha tradición de "randonée", es decir, senderismo. Nosotros nunca hemos sido practicantes, más bien por falta de tiempo que de interés. Digamos que, en condiciones normales, siempre encontramos algo mejor que hacer, tipo algún plan urbano (cuando todo estaba abierto) o simplemente estamos cansados de viajar (cuando se podía). Sin embargo, ahora hemos encontrado la oportunidad ideal para animarnos a hacer una larga caminata. 

El domingo hicimos a pie los aproximadamente 11 km que hay entre París y Versalles, unas 3 horas. Fuimos en la línea 9 de metro hasta Ponte de Sevres, para eliminar el tramo urbano y situarnos directamente a las afueras de la ciudad. La última parada del metro está en el puente que cruza el Sena, con una vista magnífica de la Seine Musicale, dónde vimos a Kylie hace un par de años

Para ir desde allí a Versalles se podría ir por la carretera desde Sevres y serían sólo unos 8 km. Sin embargo, es mucho más agradable hacer la ruta atravesando primero el Parque de Saint-Cloud, que casi teníamos olvidado pero que es francamente magnífico. Fue diseñado por Le Notre, el mismo jardinero de Versalles. El parque está en colina y hay que atravesarlo para salir hacia la Ville d'Avray. Ahí hay que hacer, inevitablemente, un tramo urbano de carretera pero no es largo y tiene el aliciente de ver la vidilla del pueblo.

Desde los estanques de Ville d'Avray sale el agua de las fuentes del Parque de Saint-Cloud, y ahí mismo arranca el bosque de Fausses-Reposes (del "falso reposo"). Es un nombre muy poético para un bosque prácticamente salvaje, que utilizaban los reyes como zona de caza. El bosque llega directamente a los límites de Versalles, en el alto de una colina desde la que ya sólo queda bajar al pueblo. 

Lo más decepcionante de nuestra excursión fue la visita a Versalles. El Palacio y sus Jardines estaban cerrados (abrirán a partir del próximo finde). Con eso ya contábamos, pero el pueblo, aunque es muy bonito, estaba algo apagado al no tener ni terrazas ni restaurantes. Acabamos comiendo algo de sushi para llevar en un banco, al lado de la plaza del mercado, que era el único punto con algo de animación del pueblo. Al menos, en nuestro paseo por las calles encontramos algunos "Invader", los mosaicos de arte urbano como el sol de la foto de abajo, y corrimos a capturarlos con la app para acumular los puntos. 

La vuelta desde Versalles a París la hicimos en el tren que sale de la estación "Rive Droite" y que lleva directamente a la Défense. Aprovechamos para darnos un paseo, porque nos encanta la arquitectura y todo el arte urbano que hay por allí desperdigado. Nos sorprendió ver a mucha gente de paseo, así que no somos los únicos raritos a los que le gusta la zona.