Chorizo y zapatos de tacón
Otoño gallego a 25 grados. El sábado disfruté mi última media hora de nudismo del año enfrente de las Islas Cíes, ocultándome de un señor descarado que buscaba un desahogo. El sol dispara el deseo y si no que se lo digan a Alex, que últimamente tiene cuerpo de primavera.
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El domingo fui de excursión con mis padres a las afueras de Vigo, a un restaurante nuevo que quería conocer mi madre. De camino pasamos por una zona en obras. Están construyendo un centro comercial y pregunté que tipo de centro era (pensando en una respuesta tipo Alcampo o Carrefour). Mi madre tuvo una de sus frases memorables: "uno de esos, ya sabes, un poco de chorizo y unos zapatos de tacón". Que sabias son las abuelas.