sábado, 5 de agosto de 2023

Covelinhas - Ponte de Lima

Este viaje al Douro me ha dejado con ganas de volver con más calma y también con cierta nostalgia. Creo que mi madre no está para muchos más viajes. Lo hemos pasado bien y ella ha estado a gusto. El alojamiento ha ayudado mucho porque la casa rural dónde nos alojamos, en Covelinhas, era muy cómoda y tenía unos anfitriones encantadores. Disfrutamos mucho de los desayunos, las cenas, la piscina y los mini-paseos nocturnos. Sin embargo, a mi madre le cansa el coche, la despista estar fuera de casa y necesita sus buenos tiempos para ir al baño y arreglarse la dentadura. También se cansa más al caminar y cada vez escucha peor. 

He vuelto a Vigo con la sensación de que los viajes con mi madre, con la excepción de Madrid, se acaban. Ya lo había pensado con su viaje a Ginebra, pero esta ruta por Portugal me lo ha confirmado. Tengo que asumir que se hace (muy) mayor y eso impone algunas limitaciones. Lo que quiere es estar acompañada, pero no necesita demasiadas nuevas aventuras. 

Nuestro cierre de aventura portuguesa transcurrió entre autopistas atravesando el interior del país. Paramos a comer en A Carvalheira, un sitio muy recomendable en Ponte de Lima. Después dimos un mini-paseo por el pueblo, al que no iba desde hace varias décadas. El río estaba muy animado. Hacía mucho calor y mi madre no está para pasar muchas penalidades así que nuestro paseo fue corto.