Cena en Praga
El viernes cené con el director general de mi empresa en la República
Checa. Fue un plan de última hora, cuando descubrió que me quedaba esa noche en
la ciudad. Me dijo "my man is not at home" para indicar que estaba solo ese finde. Fue una manera natural de salir del armario
que yo no me esperaba porque es una persona muy reservada. Tiene cuarenta-y-pocos años y aunque tengo buena conexión
con él, no tenía del todo claro que fuera gay.
Cenamos en un restaurante-barco amarrado al Danubio, con vistas al
Castillo de Praga. Antes y después de la cena, me paseó por la ciudad contándome
curiosidades varias. En total pasamos 6 horas juntos y nos bebimos casi 2
botellas de Sauvignon Blanc. Me sorprende siempre lo muchísimo
que se bebe en los países del Este, incluso en los ambientes de trabajo.
Hablamos de todo un poco: de su casa, su pareja desde hace 15 años, de viajes y también mucho de la empresa, a la que le dimos un buen repaso de arriba a abajo. Me gusta mucho la idea de tener a un compi ejecutivo
gay en la empresa aunque esté no es especialmente abierto.