miércoles, 30 de agosto de 2017

París - Zúrich - Vigo

Con la vuelta de las vacaciones, ha vuelto a la geografía cotidiana de este último año: trabajo entre París y Zurich y visitas cada poco tiempo a mis padres en Vigo para echarles un ojo.

En París lo más significativo ha sido la nueva versión de Paris Plages, sin arena (antes la proporcionaba mi empresa) y una visita rápida al museo Cognacq-Jay, un palacete en pleno Le Marais que alberga una colección de arte del siglo XVIII que no nos interesó lo más mínimo. Lo más interesante es la historia: todas esas obras de arte fueron atesoradas por el dueño de la Samaritane y su mujer, gente de provincias que triunfó en París a principios del siglo XX a base de mucho trabajo como tenderos innovadores, por ejemplo, dejando que la gente se probara la ropa o marcándola con precios fijos. Acabaron creando el "grand magasin" de la Samaritane, todo un complejo de edificios en estilo Art Nouveau al borde del Sena que actualmente están en reconstrucción. 

En Zúrich lo mejor fue disfrutar, de nuevo, de la vida social,  incluyendo una comida en el lago con mi equipo, en plan despedidas varias. Por su parte, Carlos me llevó a su pueblo, a descubrir Badenfahrt, una mega-fiesta que ocurre cada 10 años. Está muy bien montada, con muchos escenarios,  e instalaciones efímeras varias. El pueblo, Baden, me encantó pero el evento de la década me recordó algo al estilo bávaro-castizo que no soportaba en Múnich. En cuanto a Laura, ella también me llevó a su pueblo, Herrliberg, a su casa, dónde conocí a su familia numerosa: marido, 4 niños y au-pair. No me cabe en la cabeza la organización, logística y energía emocional que hace falta para gestionar toda esa multitud. 

Finalmente, en Vigo hice vida familiar, lo que incluye también a Ana. Todos los frentes están en equilibrio inestable, lo que significa que parece que van bien pero se pueden desmoronar de un momento para otro. Mi padre está cada vez más anciano pero hay que celebrar que pueda seguir haciendo vida "normal", incluyendo el que probablemente vaya a ser su último veraneo en Bon, en la península del Morrazo.  En cuanto a Ana, espera segundo transplante, y hasta aquí puedo leer.