lunes, 10 de agosto de 2015

Museo de Altamira

Después de un par de visitas a Tito Bustillo, ya tenía ganas de acercarme alguna vez Altamira. En realidad, la cueva original no se visita, pero la llamada "neocueva" y el museo están francamente bien; todo muy instructivo. El recorrido de la neocueva se hace en grupo con guía, con varios puntos de parada para comentar el uso del fuego, la elaboración de pigmentos, y las técnicas de excavación arqueológica. El punto fuerte es, claro, la sala de los polícromos, con todo ese techo atiborrado de bisontes y otros animales. El techo original de la cueva está a poco más de un metro y medio de altura, pero en la neocueva el suelo lo han puesto más bajo así que la neo-visita es mucho más cómoda que la original. 

El día estaba francamente lluvioso pero aprovechamos la excursión para comer y pasear por Santillana del Mar, cuyo casco histórico está a 3 km de las Cuevas de Altamira. Es un pueblín medieval-moderno muy bien conservado, con un par de calles principales que desembocan en la Colegiata.