MoMA y Chinatown
El viernes en San Francisco también empezó con un poco de trabajo, algo más de dos horas para preparar unos datos de presencia de mujeres en puestos directivos en Europa. Hay que reconocer que dvt ha llevado esas horas de trabajo los dos primeros días con mucha resignación y buen humor; yo creo que lo hubiera llevado bastante peor. Lo bueno es que ya no tendré que trabajar más el resto de días.
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La primera visita turística del viernes fue a la plaza de Yerba Buena Gardens, que tiene esa típica mezcla americana de iglesia histórica y edificios de oficinas modernos, que a mi me gusta tanto. Ahí se encuentra también el MoMA de San Francisco, que sin ser tan impresionante como el de Nueva York, está francamente bien. Tienen más peso las Exposiciones temporales. Estos días tenían, entre otras, fotografía de Friedlander, un americano que ya habíamos visto en el MACBA de Barcelona y que a mi no me dice gran cosa. La colección permanente tiene un poco de todo: escultura de Giacometti, Brancusi y Calder, pintura de Mondrian, Picasso, Miró, expresionistas varios... y un montón más de nombres conocidos. Pero lo que más me impactó de todo, fue una instalación de Dan Graham que consistía en dos espejos, dos cámaras y dos pantallas de televisión en las que se iban mostrando las imágenes grabadas allí mismo con unos segundos de retardo. Y sobre todísimo el One-way colour tunnel, un túnel luminoso de Olafur Eliasson. Buscando info de este artista he descubierto que es el mismo del Weather Project en la Tate Modern en 2004. Genial.
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Después de tanto arte fuimos a sumergirnos en Chinatown. Todo muy decorado, no como el de Nueva York que es más rústico. Aquí todo son bolitas colgantes, alerones y farolillos. Comimos en un restaurante lleno de chinos. La comida no estaba mal pero era mucha cantidad y a mi me dio un poco de punto anti-chino (vamos, que me dio un poco de mal rollo empezar a pensar cómo se había hecho todo aquello que me llevaba a la boca). Al acabar de comer, nos metimos al callejón de la fábrica de galletas de la fortuna, un taller artesanal muy famoso aquí, en el que se ve a las chinas moldear las galletitas. Dentro de cada una va un papelito con una frase del tipo "tus sueños se cumplirán en dos meses" (o en seis, dependiendo de la fortuna que tengas, claro).
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Dejamos Chinatown andando para subir a la Coit Tower, una torre de hormigón, que tiene vistas a toda la ciudad y a toda la bahía, Golden Gate e Isla de Alacatraz incluidos, claro. Después bajamos infinitas escaleras para pasear por la Levi's Plaza y entrar a las oficinas que tiene allí la compañía. El hall de entrada tiene paneles expositivos sobre la historia de la empresa, y la evolución de la moda que diseñan. También de cómo restauran y conservan piezas únicas, como vaqueros de casi 150 años de antigüedad.
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Acabamos el día cenando en Castro en un Sushi muy bueno. Final de día con copita en un bar de SOMA, las calles de South of Market que concentran un buen número de locales gays, muchos de onda Leather. De hecho en una de esas calles, la Folsom, se celebra todos los años una feria callejera Leather. Pena no coincidir para ver el ambientillo.