Wall Street
Atardecer de lunes en Manhattan. Tenía una cena-gala en Wall Street, al lado de la Bolsa de Nueva York. Antes de la cena pude dar un largo paseo de algo más de una hora a mi aire. Emocionante... Bajé por Wall Street (una decepción de calle; tan famosa y tan estrecha y poca cosa) hasta el East River. Me encantó ver Brooklyn enfrente y el famoso Puente. Recuperé esa ilusión que hacía tiempo que no sentía con los viajes. Me sentía feliz-feliz con algo de nudo en el estómago. Comprendí que la edad no eliminaba mi capacidad de emocionarme o ilusionarme. Sólo necesitamos buscar los estímulos adecuados, las cosas que nos hacen vibrar. Caminé también por Broadway hasta el parque del City Hall. Y también bajé a la Zona Cero, dónde estaban las Torres Gemelas. Un poco angustioso ver ese enorme hueco que han dejado. Una ausencia permanente. Tantos sitios "conocidos" y todos tan cerca. Todo muy manejable. Es una ciudad en la que es fácil orientarse. También con coche, como comprobé el sábado por la tarde. Una delicia.
Respecto a la cena-gala, fue un evento lleno de glamour. Se trataba de una de esas noches que sirven para recaudar fondos para alguna ONG. En este caso se trataba de GLSEN (Gay, Lesbian, Straight Education Network), una organización muy interesante que combate la homofobia en las escuelas. Proyectaron varios videos sobre la situación. Y presentaban la gala unos adolescentes encantadores, tan jovencitos y tan orgullosos de su orientación sexual. Conocí a un compañero de la empresa que vive en Chelsea, el barrio gay de Nueva York, y va y viene a la central todos los días. Me hizo pensar de nuevo que era factible venirse a trabajar aquí y vivir en la ciudad. También conocí a un ejecutivo de IBM muy majo con el que estoy en contacto para que venga a Madrid al evento que estamos organizando sobre LGBT en el trabajo. Un día redondo. Después dormí como un lirón.
Respecto a la cena-gala, fue un evento lleno de glamour. Se trataba de una de esas noches que sirven para recaudar fondos para alguna ONG. En este caso se trataba de GLSEN (Gay, Lesbian, Straight Education Network), una organización muy interesante que combate la homofobia en las escuelas. Proyectaron varios videos sobre la situación. Y presentaban la gala unos adolescentes encantadores, tan jovencitos y tan orgullosos de su orientación sexual. Conocí a un compañero de la empresa que vive en Chelsea, el barrio gay de Nueva York, y va y viene a la central todos los días. Me hizo pensar de nuevo que era factible venirse a trabajar aquí y vivir en la ciudad. También conocí a un ejecutivo de IBM muy majo con el que estoy en contacto para que venga a Madrid al evento que estamos organizando sobre LGBT en el trabajo. Un día redondo. Después dormí como un lirón.