viernes, 10 de agosto de 2018

Regreso a Varsovia

Después de la salida del armario en Eslovaquia, le ha tocado al turno a Polonia. En esta ocasión, fue durante una cena con el director general y sin pregunta directa previa. Mencioné yo solito a mi marido hablando de potenciales traslados a futuro, que si Madrid, que si Londres. El hombre mostró cierta sorpresa pero no hizo ningún comentario, a pesar de haber vivido varios años en San Francisco (espero que se le haya pegado algo). 

Me ha gustado volver a Varsovia, una ciudad de la que guardaba buenos recuerdos a pesar de la experiencia fuerte que supuso la manifestación del Europride. Mi hotel estaba en frente del Palacio de la Cultura y la Ciencia, el edificio mastodóntico construido en los 50, en plena época soviética, así que lo pude disfrutar a distintas horas del día y con luces muy distintas. El skyline de los alrededores ha cambiado mucho y ahora hay muchos más edificios altos de oficinas y apartamentos. También me acerqué a pasear y cenar al casco viejo, todo reconstruido tras la 2ª Guerra Mundial. A mi me parece francamente bonito aunque muchos locales le quitan importancia por verlo algo artificial. Sin embargo, ¿quien podría decir si esos edificios tienen 40 años o 400? De hecho, la Unesco lo ha declarado Patrimonio Universal y yo creo que lo tiene bien merecido.