jueves, 14 de febrero de 2008

Executive Life

Recién llegado de Londres, dónde he pasado toda la semana en reuniones de Recursos Humanos. En realidad recién llegado del aeropuerto de Stansted, porque no he salido de un hotel allí en 3 días: un Radisson SAS muy funcional y cómodo; con un hall impresionante y una torre de vinos en el medio del bar. No lo he llevado mal, la verdad. Me gustaba la habitación, muy IKEA y con conexión de banda ancha a internet.
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Una semana encerrado en plan trabajo que contrasta con la anterior en Madrid, en la que tuve mucho ocio entre semana. Para compensar. Una de las sorpresas de la semana anterior fue que descubrí un nuevo espacio de exposiciones, la Casa de las Alhajas de Caja Madrid, enfrente del Museo de las Descalzas. Es un edificio del XIX con un gran patio interior con galerías con columnas metálicas. Muy interesante. Vimos ahí la segunda parte de la exposición sobre Modigliani (David ya había visto la primera en el Thyssen por la mañana; a mi me queda pendiente). La exposición es muy recomendable y me sirvió para descubrir a un pintor que no conocía (Moise Kiesling). Y ese mismo día de la exposición, fuimos también de musical: Jesucristo Superstar. Un clásico de hace 30 años que forma parte de mis recuerdos de preadolescente porque en mi casa había un doble LP que me encantaba, con Camilo Sexto y Paloma San Basilio. La versión actual va en plan rockero y me decepcionó absolutamente, sobre todo porque no me gustaban las voces (a Judas directamente no lo soportaba).
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Mañana me voy a Barcelona y el domingo, desde allí, a New Jersey. Un no parar absolutamente circunstancial por coincidencia de múltiples viajes. Me voy a perder toda la precampaña electoral, con lo animada que está; snif.