Santos
Mi madrina vende flores en un puesto en la entrada del cementerio de Vigo. Cuando era niño y adolescente la llegada de la fiesta de "Santos" significaba traslado a su casa para comer allí todos los días. Mi madre era la cocinera oficial durante esos días para todo el grupo de personas que colaboraban en la semana de más ventas de flores del año. La gran preocupación de todos siempre era que no lloviera para que la afluencia de público al cementerio no se viera mermada.
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Mi madre sigue fiel a su cita y este año, a sus 78 años, se puso de nuevo el mandil. En cambio yo hace años que no paso Santos en Vigo. Este año pasé este puente en Barcelona. Estuvieron también, durante el jueves y el viernes, unos amigos de Madrid, Javier y Marisa. Paseamos mucho y también tuvimos cuchipanda variada. Paseando por el Born vimos la escena más Halloween del año: un pequeño altar presidido por Frida Kahlo y decorado con esqueletos en la entrada al Museo de Arte Precolombino. Muy kitsch.