viernes, 8 de junio de 2007

Semanita

Esta semana laboral y vital ha estado marcada por la visita de nuestro presidente mundial a España, acompañado de un par de directivos de su equipo. Los días anteriores fueron algo infernales, ensayando las presentaciones con la dirección local. Lo pasé peor en esos ensayos previos que el martes delante del super-presi. Me mostré más natural y desenvuelto.
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La mayor parte de la tensión de estos días ha sido a cuenta de incorporar en la presentación de Diversidad que yo hacía la dimensión LGBT como "emerging trend". Pero todo ha ido bien. A partir de ahora ya puedo usar el nombre de mi empresa en mis actividades como coordinador del grupo LGBT del IE. Vamos a ser la empresa más gay-friendly de España. Y ya me lo voy creyendo de verdad porque incluso la gente que supones más rancia, te da sorpresas. Y me explico.
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Jueves 8:30. Llamada de una secre de 50 y muchos, conocida por su pasión por el PP, por la religión y por las cosas rectas. Me llama para felicitarme por una entrevista que ha leído que le ha encantado. No menciona el tema, sólo que le ha gustado mucho. Pasa el día. Yo con la duda de que entrevista será, pero sabiendo que tiene que ver con el tema gay. Y efectivamente, a última hora de la tarde subo a verla y allí tenía una copia de la entrevista en Emprendedores. De nuevo todo son felicitaciones, que le ha gustado muchísimo, que trato el tema con mucha delicadeza y con mucha sensatez, que está descubriendo lo bien que me expreso. La palabra gay se le atraganta, no la menciona, hasta que lo acabo haciendo yo. Pero ella lo ve todo estupendo y cree que he tenido mucho valor, porque sabe que es un tema difícil, y que espera que no repercuta en mi carrera, porque una cosa es que la gente lo sospeche o lo sepa, y otra cosa es decirlo. Y que ella cree que no soy el único en la oficina. Y que no le gusta que yo tenga novio en Barcelona, porque "el hombre no debe estar solo". Y que está de acuerdo con todo-todo, salvo con dos cosas. Por supuesto: ni oir hablar de matrimonio (aunque los derechos sean todos los mismos) ni de cierta visibilidad (porque a ella lo que le gusta es la gente "civilizada"). Y que ella tiene una amiga lesbi en Reino Unido, que recientemente se lo ha dicho. Toda una conversación a borbotones que acabamos con dos grandes besos para celebrar nuestra nueva intimidad.
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Continuará.