Excursión a Girona
No tenemos coche en Barcelona, así que las excursiones tocan en tren, que es más relajado. Un gusto poder ir charlando sin tener que estar atento a la carretera o durmiendo sin más. Así que todo tiene sus ventajas.
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Ha sido un día muy tranquilín, comidita en una plaza del casco viejo, paseo por la muralla y visita a los baños árabes. Nos quedamos sin ver la Catedral, cerrada por culto, pero no me importa porque sigo indignado con los obispos (menos mal que tenemos a Maria Teresa que de nuevo ha estado soberbia).