miércoles, 21 de septiembre de 2022

Monasterio de los Jerónimos

Otra de las visitas "básicas" en Lisboa que tenía pendientes era la del Monasterio de los Jerónimos. Las largas colas al sol, sin sombra posible, me echaban para atrás. La cola es doble: primero para el Monasterio, pagando, y después para la Iglesia, sin pagar. Esta semana, me enfrenté finalmente al sol, acompañado de David y Juan

Había visitado los Jerónimos varias veces en el pasado, pero todas hace más de 15 años. En mi memoria, era un sitio maravilloso, casi mágico. Y, ciertamente, lo es. Esos arcos manuelinos del claustro, con una  decoración exuberante (cabos marinos, esfera armilar, hornacinas, medallones...) están pensados para embobar. Sin embargo, fue una visita menos impactante que las anteriores. Puede ser el factor "ya conocido", o el factor "infinidad de obras góticas grandiosas vistas" o simplemente el factor "demasiadas colas y demasiados turistas".  No cabe duda de que me encantó verlo todo de nuevo pero eché de menos ese excitación nerviosa de las visitas anteriores.