Vida urbana en Australia
Ya estoy de vuelta en Londres. La ciudad me ha recibido con lluvia, para recordarme que el verano queda atrás. Resignado, he guardado bañadores, camistas de tirantes y chanclas hasta el próximo año.
En estas últimas semanas hemos vista la mayor variedad posible de pantalones cortos y chanclas para chicos. dBt fue el primero en observar la consistencia del vestuario masculino. También el hecho de que en general están muy cuidados y musculados. Y no es de extrañar porque el deporte es omnipresente. Se ve a gente corriendo por todos lados. También bicicletas, y por supuesto surfistas en las playas. Todo como en las películas.
Las vibraciones que nos han generado Brisbane y Sydney han sido muy diferentes. La primera es una ciudad que pese a su skyline de metrópoli, y su crecimiento vertiginoso en los últimos años, no deja de ser pequeña. Se nota en las calles, particularmente apagadas los fines de semana. La ciudad vive alrededor del río y el ambientillo general es vacacional, por aquello del clima tropical y el vestuario. Una ciudad muy relajada y agradable.
Sydney, en cambio, tiene un ambiente de gran ciudad que se nota desde el primer momento. Bullicio, tráfico, mezcla de gente en las calles, mucho más dinamismo y energía en todos los sentidos. Una de esas ciudades cosmopolitas que a nosotros nos carga las pilas y nos pone algo eléctricos intentando hacerlo todo. Con todo, nos ha parecido una ciudad manejable, en distancias y puntos de interés. No desborda.
Mención aparte merece el tema gay. En Brisbane apenas se ven. Hay algunos locales pero muy poca visibilidad de gays y lesbianas. Sydney es mucho más gay-friendly pero el número de locales es bastante reducido. Nada que ver con el Village de Montreal o los barrios gay europeos. El nuevo mundo del Pacífico sur no nos ha parecido, en ese sentido, particularmente avanzado.