Repeticiones
Inicio de vacaciones. Dejo las Playas de París (foto abajo de la que han montado en la Ribera del Sena) por las Rías Baixas. Vengo a Galicia dispuesto a mucha reflexión, lectura y escritura. Sigo teniendo mentalidad escolar y para mi las vacaciones de verano siempre suponen el cierre de una etapa. Este año todavía más por la situación de transición profesional en la que me encuentro. Al menos lo bueno es que no tenemos que buscar nuevo piso en París. El contrato de alquiler acababa en julio y peso a los temores de hace unos meses hemos finalmente renovado por un año más.
Julio ha sido agotador, principalmente por el curso intensivo de Francés, que supone 4 horas diarias más, 3 lectivas y 1 de transporte. Al menos el esfuerzo compensa. He completado el nivel B2 lo que supone el final del nivel intermedio e inicio del avanzado. La verdad es que ahora sí noto una mayor comodidad al entender y sobre todo en menor bloqueo al hablar. Nada de campanas al vuelo todavía. Cada nuevo avance me confirma que el francés no es nada fácil.
Mi mayor soltura actual con el francés también facilita la comunicación con Jeannine, a la que he visitado en un par de ocasiones más durante su estancia temporal en la Residencia. Allí conocí también a una de sus compañeras-amigas. En ambas ocasiones repetimos rituales: pasear los 3 por el jardín, ver las rosas, buscar sus habitaciones... También repetimos conversaciones como si fueran la primera vez que las teníamos. Su amiga me enseñó cada vez su habitación, sus cuadros, sus fotos, la enumeración de sus 4 hijos, uno de ellos muerto, otro suicidado... Lejos de incomodarme esas repeticiones me han dado tranquilidad, la seguridad de saber que venía después...
Julio ha sido agotador, principalmente por el curso intensivo de Francés, que supone 4 horas diarias más, 3 lectivas y 1 de transporte. Al menos el esfuerzo compensa. He completado el nivel B2 lo que supone el final del nivel intermedio e inicio del avanzado. La verdad es que ahora sí noto una mayor comodidad al entender y sobre todo en menor bloqueo al hablar. Nada de campanas al vuelo todavía. Cada nuevo avance me confirma que el francés no es nada fácil.
Mi mayor soltura actual con el francés también facilita la comunicación con Jeannine, a la que he visitado en un par de ocasiones más durante su estancia temporal en la Residencia. Allí conocí también a una de sus compañeras-amigas. En ambas ocasiones repetimos rituales: pasear los 3 por el jardín, ver las rosas, buscar sus habitaciones... También repetimos conversaciones como si fueran la primera vez que las teníamos. Su amiga me enseñó cada vez su habitación, sus cuadros, sus fotos, la enumeración de sus 4 hijos, uno de ellos muerto, otro suicidado... Lejos de incomodarme esas repeticiones me han dado tranquilidad, la seguridad de saber que venía después...
Nota: Foto de la Torre Eiffel desde la terraza del restaurante Les Ombres del Museo Quai Branly.