Amberes y Gante
La última etapa de las recientes vacaciones con Ana fue Amberes, dónde hicimos noche. Nos encontramos allí con dBt que subió en tren desde París. Llegamos el domingo pasado temprano para poder visitar algún museo porque cierran todos los lunes. Está muy bien el Museo Plantin-Moretus, dedicado al libro y la imprenta, y el primer museo en ser inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. También merece la pena acercarse al nuevo museo MAS, inaugurado hace tan sólo 3 meses y nuevo icono arquitectónico de la ciudad (primera foto abajo). Tiene un paseo interior que va subiendo hasta la terraza, con muy buenas vistas. Por último, en Amberes destaca el Grote Markt o Grand Place, rodeada de edificios impresionantes (segunda foto abajo). En cualquier caso la ciudad nos decepcionó un poco pero creo que fue porque llevábamos una expectativa muy alta.
La sorpresa del viaje ha sido Gante, ciudad en la que hicimos una parada larga el último día, ya camino de París. Es una ciudad con canales y un casco histórico medieval muy bien conservado (2 últimas fotos abajo). Sospecho que no tiene mucho que envidiar a Brujas aunque no nos dio tiempo a visitar más que la Catedral (preciosa, con combinación de marmoles blancos y negros en el suelo).
Este viaje me ha servido para descubrir Bélgica, o más bien debería decir Flandes, que ya sabemos las tensiones entre flamencos y valones y que el país lleva más de un año sin gobierno. Me ha causado todo muy buena impresión, salvo la poca adaptación para circular con silla de ruedas en los cascos antiguos. Es increíble lo poco adaptadas que tenemos todavía nuestras ciudades y los problemas de movilidad que se nos vendrán encima con el envejecimiento general de la población.
La sorpresa del viaje ha sido Gante, ciudad en la que hicimos una parada larga el último día, ya camino de París. Es una ciudad con canales y un casco histórico medieval muy bien conservado (2 últimas fotos abajo). Sospecho que no tiene mucho que envidiar a Brujas aunque no nos dio tiempo a visitar más que la Catedral (preciosa, con combinación de marmoles blancos y negros en el suelo).
Este viaje me ha servido para descubrir Bélgica, o más bien debería decir Flandes, que ya sabemos las tensiones entre flamencos y valones y que el país lleva más de un año sin gobierno. Me ha causado todo muy buena impresión, salvo la poca adaptación para circular con silla de ruedas en los cascos antiguos. Es increíble lo poco adaptadas que tenemos todavía nuestras ciudades y los problemas de movilidad que se nos vendrán encima con el envejecimiento general de la población.