domingo, 2 de mayo de 2010

Domingo en el Louvre

He bajado a primera hora de la mañana a comprar croisants para desayunar. Aproveché también para subir unos ramitos de Muguet, para desear buena suerte en casa aunque fuera con un día de retraso (ayer no nos enteramos de que era tradición regalarlos el 1º de Mayo). Ha sido una forma estupenda de comenzar el Día de la Madre.
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Ha sido día de museos en familia para aprovechar que eran gratuitos, como cada primer domingo de mes. Visitamos el Louvre por la mañana. Entramos por la Puerta de los Leones, para evitar las colas de la entrada principal de la Pirámide. Esa entrada te lleva directamente a la pintura española, y de ahí a la italiana con su Gioconda, siempre acosada por las hordas de visitantes. Las secciones de pintura de la primera planta dan paso a las secciones de bronces y cerámica griega y después pequeños objetos de Egipto. Un gusto ir cambiando de épocas y civilizaciones al ritmo del paseo interior por el museo. En la planta baja, en esa misma zona del edificio (Sully) se encuentra el arte funerario egipcio, con sus sarcófagos y demás parafernalia. Un paso inferior te lleva de las tumbas egipcias a los restos medievales del edificio: anterior al palacio del Louvre, había un castillo medieval, con su foso y su Torre del Homenaje. Se conservan en perfectísimo estado los cimientos de ese castillo y puedes pasear alrededor del muro; muy interesante. Acabamos la visita con escultura griega y en particular, con la Venus de Milo.
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Después de la comida nos acercamos al Pompidou. Continúa la exposición sobre artistas femeninas en el arte contemporáneo, pero nosotros vimos principalmente la colección permanente de la planta 5, y por supuesto las estupendas vistas desde la planta 6, que fue lo más celebrado por mis padres, ya que no son ellos de demasiado arte contemporáneo.