domingo, 5 de junio de 2022

Museo Helga de Alvear

El sábado recogimos a David en la estación de Monfragüe-Plasencia, en el medio de ninguna parte, y continuamos ruta en coche a Cáceres. Nos hacía mucha ilusión visitar el museo Helga de Alvear y no nos defraudó. Es de esos espacios culturales en los que tanto contenido como continente son interesantes y disfrutas simplemente de pasear por los espacios interiores y exteriores. 

Hicimos la visita guiada, altamente recomendable porque pasas de recorrer las obras con criterio simplemente estético, a que te las expliquen, las comprendas y las veas de otra manera. Eso es lo que pasa, en la propia entrada, con la obra "Descending Light", de Ai Weiwei, que pasas a apreciar en su verdadera dimensión de lámpara tirada en el suelo, con sus lentejuelas rojas y estructura dorada, como metáfora del régimen comunista de China que se derrumba por su propio peso material e ilumina un vacío interior. Hay muchas obras interesantes, como una instalación de Olafur Eliasson, con espejos ovalados y aros de colores, o "New Blood", la escultura clásica a la que le hacen una transfusión de sangre, símbolo del fácil tránsito entre la belleza y el horror que caracterizó la época más dura del SIDA.