lunes, 1 de mayo de 2023

María Soliña

Mi madre ha decidido pintar paredes y techos en toda la casa. Es toda una muestra de vitalidad meterse en ese berenjenal de vaciar muebles y estanterías, y ya, de paso, llevar a limpiar alfombras y lavar cortinas.

En medio de esa "operación primavera", este fin de semana he conseguido retirar una docena de "pongos". Mi madre llama así a toda esa mezcla ecléctica de pequeños objetos de decoración y chorradas varias que se van acumulando durante los años: recordatorios de bodas y bautizos, figuritas y cajitas, que uno no sabe nunca dónde "poner". A pesar del éxito indudable de mi operación retirada, yo sigo viendo la casa atiborrada de cosas. 

Aunque hacía poco que había organizado los libros, me ha tocado darles una vuelta de nuevo porque se han desordenado con el re-pintado. En particular, reordené la numerosa biblioteca de títulos gallegos. Me emocionó encontrarme con un ejemplar de hace 50 años de "Longa Noite de Pedra", el poemario de Celso Emilio Ferreiro que tiene los versos de "María Soliña", una abuela falsamente acusada de brujería en la Cangas de 1621. Ese poema tiene varias versiones muy bonitas en canción: la última hace 6 meses por Mago de Oz, y una anterior de Carlos Nuñez y Teresa Salgueiro. El caso es que mi padre en sus delirios de  los últimos días no hacía más que repetir "ai, que soliña quedaches María Soliña", así que esa historia trágica ya me acompañará el resto de mis días.