Primera Junta de Vecinos
Al no ser propietario, no había tenido aún la experiencia de asistir a una reunión de Junta de Vecinos. Este
lunes pasado tuve mi bautismo y tengo que reconocer que fue una experiencia
agridulce. Decidí asistir para tener la oportunidad de presentarme a todo el
mundo y también porque uno de los puntos del orden del día era nuestra
solicitud de ampliar una ventana que da a un patio interior, como parte del proyecto de reforma.
La reunión se celebró en un cutre-bar del barrio y asistimos 5 de los 7 propietarios, además del
administrador de la finca. Un rápido vistazo bastó para
darme cuenta de que, cuando nos instalemos, seremos los « raros », y hasta los jóvenes, del
inmueble. La reunión fue extremadamente ágil, todo muy de trámite. El asunto de
la ventana se resolvió con una extraña negativa, gracias a la manipulación de
la presidenta, aunque matemáticamente hubiera sido posible aprobar la petición.
En cualquier caso, eso fue lo de menos, ya que unos centímetros de ventana arriba o abajo
no nos van a cambir la vida. Lo importante es el cutrerío general que se nota en
todo: desde una bombilla fundida desde hace meses en los buzones, hasta la instalación de aires acondicionados en los balcones, o no tener cubo de basura en el edificio porque una vez el ayuntamiento
les multó porque alguien que pasaba por la calle hizo algún vertido ilegal. En
fin, telita las batallas que se nos avecinan.
En el apartado positivo, pude ver algo más del proyecto de transformación de la Plaza de España y toda la zona va a
quedar maravillosa. Además, a tiro de piedra tendremos toda la zona de Palacio –Almudena y el Madrid de los
Austrias. También tendremos muy cerca de casa los cines de la Plaza de los Cubos, en los pude ver con jap, la película francesa « Vivir Deprisa, Amar
Despacio », rodada en los años 90 del SIDA,
bastante buena aunque algo triste.