jueves, 27 de diciembre de 2018

Tumbas y Palacios

Recorriendo las calles de Marrakech es imposible no pensar en los grandes monumentos de Al-Andalus, como la Alhambra, la Giralda o los Alcazares de Sevilla.  Y es que claro, la ciudad fue la capital de los almorávides, y los almohades, las mismas tribus bereber que conquistaron la península. 

Al sur de la ciudad se encuentra un barrio amurallado, Kasbah, francamente bonito. Domina la arquitectura en tonos ocre-rojizos, con grandes bastiones y murallas y con el telón de fondo del Atlas. Todo muy monumental. En la zona hay dos grandes puntos de interés. Por un lado, las Tumbas Saadies, un par de cámaras funerarias muy trabajadas a nivel artístico, con todos esos motivos geométricos que me gustan tanto, y un cementerio al aire libre. Muy cerca se encuentra el Palacio El Badi, un mega-complejo hoy en ruinas pero que fue el mayor palacio del mundo musulmán, con más de 300 habitaciones y un enorme patio con varios estanques. Tanto las tumbas como el palacio son de la misma época, siglo XVI, y pertenecían al mismo sultán. Esplendor artístico para la vida y para la muerte.