jueves, 14 de diciembre de 2017

Atardecer en el Monte Fuji

Hace dos semanas que dBt anda por Tokyo, en una estancia de trabajo en su hotel, así que hemos aprovechado para organizar una  semana de vacaciones pre-navideñas. Los dos somos muy fanes de Japón porque nuestra visita anterior nos encantó.
 
La primera tarde en Tokyo, a mi llegada el jueves, fue tranquila. Con mucho sol y temperaturas de invierno suave, nada que ver con los bochornos de aquel verano. Yo estuve algo zombi porque, a pesar de que me hicieron un upgrade a business class, apenas pude dormir en el vuelo. Fuimos al Mori Art Museum, en la torre más alta de Roppongi Hills. Las vistas son estupendas, al Monte Fuji, a la Torre de Tokyo y a toda la ciudad. Había dos exposiciones temporales, una dedicada a Doraemon, un gato de dibujos animados muy popular, en la que había un par de obras de Murakami muy chulas, y otra, del argentino Leandro Erlich, con instalaciones bastante buenas. Cerramos la visita viendo el atardecer en el Fuji y las luces nocturnas de la ciudad  con una copa de champagne; todo un momento mítico.