La vida en el 16
Este es el primer fin de semana que paso en París, desde que hace un mes empezara a trabajar de nuevo en la ciudad. He aprovechado para desayunar de terraza, con "tartine" y "croissant", cortarme el pelo e ir al cine, a ver "Edge of Tomorrow". Estoy deseando ver "El Amanecer del Planeta de los Simios" pero en Francia todavía no está estrenada, así que me tragué ese cuasi-bodrio de Tom Cruise luchando con los alienígenas. Di tú que la vi en los Campos Elíseos, y eso siempre le pone un poco de glamour y gracia al asunto, aunque sea por ver el ambiente de sábado por la noche.
Mi nueva experiencia de estos días ha sido darme un "masaje chino", que por lo visto se aplica mediante presiones. Me gustó mucho, la verdad, y aunque intenté no excitarme con la china la verdad es que no lo conseguí. Al menos rechacé la invitación de incluir la zona genital en el magreo. Me quedé pensando si no habría sido un estrecho pero no soportaba la idea de que me tomara por un hetero buscando desahogo. Otra vez será.
También he salido a correr por aquello de hacer algo de ejercicio mientras no tengo gimnasio, y eso me ha permitido familiarizarme más con el 16.º arrondisement, el barrio en el que están tanto el hotel como la oficina. Es una amplia zona que engloba 6 de las 12 avenidas que parten del Arco del Triunfo, incluyendo el Bois de Boulogne y llegando hasta el río a la altura del Puente d'Iena (dónde se mató Lady Di). Los puntos turísticos relevantes del barrio son la explanada de Trocadero, con vistas a la Torre Eiffel y los museos. Por lo demás, es un barrio residencial de casonas impresionantes y dinero en abundancia.
Todo apunta a que seguiré haciendo vida en el barrio 16 durante este verano. Mi primera salida a buscar apartamentos no ha tenido resultados positivos. O bien eran muy pequeños o el único que me gustó, el de la foto de abajo, no estaba muy bien situado y requería mucho trabajo en la cocina. Básicamente estoy aprendiendo que los apartamentos sin amueblar en París, no tienen ningún electrodoméstico, y pueden requerir incluso pintar, en función de cómo los haya dejado el inquilino anterior. Toda una diferencia con el mercado de apartamentos sin amueblar de Londres, la verdad. Tardaré unos 10 días en volver a ver nuevos apartamentos así que entre pitos y flautas me veo sin casa hasta septiembre.