domingo, 28 de abril de 2013

Arte efímero

Nos hemos aficionado a las cosas efímeras, sobre todo dBt que oye la palabrita y ya se pone nervioso. La hemos descubierto, en París, por supuesto, dónde se estila mucho y casi todo lo moderno se etiqueta como efímero... un jardín, un restaurante, un pabellón en un jardín. Todo refuerza esa idea de "disfruta este momento" porque todo se acaba.

El arte efímero apenas dura un par de semanas, pero algunas obras son especialmente memorables. Por ejemplo, el oso polar de hielo instalado delante del Museo de Arte Contemporáneo de Montreal. Su misión era sensibilizar sobre el cambio climático y su transformación refleja bien esa transición entre el invierno y la primavera, que tuvimos la suerte de vivir en la ciudad. Igual de memorable ha sido la bola roja hinchable que ha circulado en los últimos días por París, instalada cada día en un punto distinto y durante unas horas determinadas. Ha sido la disculpa perfecta para que dBt la pudiera seguir en su recorrido diario y así ir despidiéndose de la ciudad antes de venirse definitivamente a Londres esta semana.