Nostalgia de Barcelona
Barcelona siempre nos sabe a poco. Hemos comprimido en el fin de semana
un poco de todo: paseos por arriba y por abajo, cena con amigos, algunas
compras, cine para ver Los Amantes Pasajeros de Almodovar, comida en el bar Seco (uno de esos sitios míticos para nosotros), y una visita a la Catedral y sus terrazas. En el apartado novedades, dos cosas. La
primera, una visita a Las Arenas, la antigua plaza de toros reconvertida en
centro comercial en la Plaça d'Espanya. Las vistas son geniales, sobre todo
hacia Montjuïc, y el diseño interior también ha quedado muy logrado. Ojalá todas
las plazas de toros acabaran así, o reconvertidas en centros culturales. La
segunda novedad ha sido una visita al Hotel W, o hotel Vela, incluyendo comida en el restaurante Bravo 24 (un gastronómico que está bien pero no es especialmente recomendable). El paseo al hotel merece la pena por las vistas y el diseño interior.
Hemos aprovechado bien el tiempo, pero en Barcelona siempre queremos más. Nos entra cierta nostalgia de los buenos momentos
que hemos pasado en la ciudad, y en el caso de dBt de los 10 años que vivió allí. El ha vuelto alguna vez más, pero yo llevaba 3 años sin ir y me he quedado pensando que, cuando nos cansemos de Londres, podríamos vivir en Barcelona. O quizás primero tendríamos que pasar una temporada en Madrid, y montar un negocio, y pensar en ir a Barcelona posteriormente, en
plan jubilados viviendo junto al mar. Quien sabe.