lunes, 10 de enero de 2022

Nuevos horizontes profesionales y gin tonic en el Wellington

La verdad es que 2022 ha entrado sin pena ni gloria. Este año ni siquiera vinieron los Reyes como el año pasado porque los vetamos. Nos quedamos en casa de Juan pero decidimos no hacer regalos. Aunque luego nos arrepentimos, el mal ya estaba hecho. 

Lo único reseñable del final de las vacaciones fue un gin tonic en el Wellington, uno de esos hoteles de rancio abolengo que no conocíamos, en las cercanías del Retiro. Como David, por su trabajo, es muy fan de los hoteles de lujo, nos gustó verlo y tomarnos una copa. Tiene un salón con cúpula al estilo Palace (fotos abajo). Aunque el espacio no es tan grandioso está bastante mejor cuidado, así que tuvimos una buena experiencia.

Los primeros días del año los he dedicado a poner mi CV al día y planificar mi búsqueda de empleo porque definitivamente 2022 va a ser año de transición profesional. Era algo que se veía venir desde la primavera pasada, y ahora simplemente tengo que organizarme y ponerme en marcha.