viernes, 20 de diciembre de 2019

Fase de iluminación

Al final le estoy tomando gusto a la idea de trabajar semanas completas desde casa, en París. Cuando empecé en esta última empresa, el año pasado, no me gustaba nada la idea, acostumbrado como estaba a la vida de oficina. En cambio, este mes de diciembre en el que tan solo tuve un día de trabajo en Londres, y el resto en casa, me ha parecido una delicia. He podido ir al gimnasio a distintas horas, en función del ritmo de mis teleconferencias, y me ha permitido disfrutar de los amanaceres y atardeceres desde casa, con los tejados de Le Marais, que me resultan hipnóticos a cualquier hora del día. Algún día hasta me he escapado por la tarde hasta las riberas del Sena, a apenas 10 minutos de casa, para ver esa luz tan mágica tras el Palacio de Justicia, la Conciergerie o el Institute de France. Me muero de pena de pensar en mudarme a Madrid en los próximos meses y perderme toda esa belleza cotidiana. 

Las obras de reforma del piso de Reyes en Madrid avanzan, lenta pero inexorablemente. El fin de semana pasado fuimos, tras varias semanas de ausencia, a supervisar el avance. Nos centramos en elegir la madera para el suelo, y empezar a explorar la iluminación, porque el tipo de focos o lámparas determinará la altura máxima del techo en algunas zonas. De nuevo, la oferta es abrumadora pero conseguimos al menos decidir tipos de iluminación por estancia .

Tal vez por influencia de ver tantas bombillas y lámparas, y porque además ya han decorado el Hôtel de Ville en París, decidimos comprar algunas luces navideñas para casa, y la verdad es que nos han quedado bien monas entre tanta figurita artística que tenemos por casa. Llega la Navidad.