jueves, 31 de mayo de 2018

Trabajar en Almada

Una de las cosas que más me gusta de mi nuevo trabajo es que tendré que viajar a Portugal. Es un país que me apasiona desde jovenzuelo porque representaba "la" expansión internacional. Era un auténtico universo paralelo, a tan sólo 30 Km de Vigo, y por lo tanto familiar y diferente simultáneamente. Me encantaba, y me sigue encantando, la gente, la comida, los paisajes, el patrimonio, y el idioma, por supuesto. Fue también el primer país al que viajé con todas mis parejas, la extensión natural de Galicia. En fin, aunque he pasado temporadas largas sin volver, me sigue emocionando siempre que lo hago. 

A nivel laboral, la nueva empresa tiene operaciones en dos zonas muy específicas: al sur de Lisboa, en toda la zona que va desde Almada a Setúbal, incluyendo la Costa da Caparica, y también al norte del país, en todo el territorio entre Braga-Guimarães y Porto. En esta ocasión visité el sur de Lisboa, y me alojé en un hotel en Almada, muy cerca del Puente 25 de Abril. De hecho, una de las mañanas salí a correr hacia la estatua del Cristo Rey y el Puente, y acabé con un tirón en un muslo porque todo son cuestas considerables.

Mis reuniones de trabajo de estos días fueron francamente bien, y sentí muy buena conexión con los equipos locales así que me veo volviendo cada cierto tiempo. Además ya estoy deseando visitar la zona norte y combinarlo con un viaje a Vigo.