domingo, 23 de octubre de 2016

Boda civil

La gran sorpresa del 22 de octubre ha sido la ceremonia civil. Tal vez porque mi expectativa era demasiado baja: me lo imaginaba como un trámite rápido en el que nos empujarían para entrar al salón, firmar deprisa y de nuevo seríamos empujados para salir.

Lo cierto es que tuvo muchísimo encanto. Para empezar había un montón de amigos con nosotros, y para continuar el salón era muy bonito, con tapices en las paredes y un techo con frescos. La ceremonia en si misma no duró mucho, pero la concejala logró crear un ambiente distendido y agradable, los testigos leyeron textos muy emotivos y nosotros estábamos entre nerviosos y divertidos, sin saber qué hacer con los anillos. Después la firma de papeles y las fotos. Precioso todo. Para acabar, al salir a la Plaza Mayor la lluvia nos dio algo de tregua para poder hacernos más fotos e ir dando un paseo hasta el hotel dónde teníamos organizada la fiesta.