El okupa y el friki en mi
Lo guardo todo, o al menos todo lo que puedo, dada la vida de mudanza constante que llevo en los últimos tiempos. Algunas de las cosas, fundamentalmente libros y ropa, andan por ahí repartidas en "pisos satélite", pero debidamente apuntadas en listas excel, para conservar cierta sensación de control.
En casa de Ana están la mayor parte de los libros. Estos días tuvimos, o más bien tuve, la brillante idea de reorganizar algunas de las secciones, y acabamos moviendo todo de sitio. Fue una tarde de agotamiento físico y embotamiento mental, sin un resultado especialmente satisfactorio ya que el espacio disponible es lo que realmente limita las opciones de organización.
En casa de mis padres me dio por revisar parte de la correspondencia que tenía por allí. Descubrí un yo adolescente friki que me horrorizó un poco. Por lo visto, cuando tenía 17 años publiqué un anuncio en la revista "El Gran Musical" para intercambiar posavasos y postales. Me contestaron toda una serie de personajes: un DJ de Móstoles, una heavy de Jaca, un popero de un pueblo de Toledo… Con todo, lo peor fue descubrir que yo debía se un poco "talibán" con las frecuencia de las cartas. Si no me contestaban con cierta rapidez daba por rota la relación. Encontré un par de ellas que decían "no te pongas así". Vamos que era un adolescente radical.