Château de Chantilly
En plenas vacaciones entre empresas, participé esta semana en una reunión de trabajo en Francia. Suena a desgracia pero ha sido la mejor decisión que podía tomar. Se trataba de una reunión internacional de mi nueva empresa, con participación de todos los directores de Recursos Humanos de los distintos países, así como la cúpula directiva corporativa. Además de socializarme, la reunión ha servido de introducción intensiva a la compañía, a través de las distintas presentaciones y discusiones.
Hemos estado a las afueras de París, en Chantilly, un sitio conocido por su nata montada y por el Château, que visitamos una de las tardes. No se trata en este caso de un château real sino perteneciente a una familia nobiliaria, los "Montmorency", un nombre que nos resulta muy familiar porque en la calle de ese nombre vivimos una buena temporada en París. Lo mejor del château de Chantilly es su biblioteca, con 13 mil volúmenes (más de 1000 son manuscritos), y una colección de arte repartida en 10 salas. Dicen que, tras el Louvre, es la colección de pintura antigua (anterior a 1850) más importante del país. Todo a lo grande, claro que sí; Viva la Francia!