Tránsitos y llegadas
Después de 24 horas de vuelos, estamos finalmente en Brisbane. Llegamos los dos el lunes, aunque con muchas horas de diferencia. Yo volé por la noche vía Hong Kong, uno de esos aeropuertos en los que se pierde la vista en el terminal, y dBt durante el día, vía Kuala Lumpur. El resultado de estas escalas es que ya tenemos dos nuevos destinos en nuestra lista de viajes pendientes. Asia nos llama cada vez más.
Además de sobrevivir al jet lag (mucho mejor de lo esperado, la verdad), estos primeros días han servido para familiarizarnos un poco con la ciudad, y en mi caso también con la oficina. La estructura urbana es estilo americano, con un centro de negocios y comercial, con muchos rascacielos, situado en un meandro del río y mucho suburbio alrededor. El clima es de esos que yo detesto, calor húmedo, en torno a los 30º, y eso que estamos al principio de la primavera. Creo que el verano es directamente insoportable, así que llegamos en buen momento para explorar la costa este de Oz. Este nombre tan poético deriva del juego de palabras con la pronunciación de "Aussies", el nombre coloquial de sus habitantes, que todo gay que se precie asocia inevitablemente a la marca AussiBum.