Minas de última generación
He visitado una mina de carbón a unos 900 km al norte de Brisbane, en medio de un paisaje que recuerda a la sabana africana. Llevo varias visitas a operaciones de mi empresa en menos de un año pero todas han sido muy distintas: minas a cielo abierto, instalaciones portuarias, complejos metalúrgicos... Todas me han encantado y esta no ha sido una excepción.
En esta ocasión se ha tratado de una mina subterránea que lleva sólo unos meses en operación, así que todo es nuevo y con las últimas tecnologías. Aire refrigerado para ventilar los pasillos, cuarto de control con ordenadores y pantallas indicando la calidad del aire y la presencia de gases potencialmente explosivos, kits de oxígeno individual que se llevan a la cintura, mega-máquinas que van cavando en la veta de mineral y mega soportes que van aguantando los techos... En definitiva, nada que ver con mi experiencia hace 20 años bajando a un pozo minero en Asturias dónde el mineral lo extraían directamente los mineros con una especie de taladros en unos conductos angustiosos con espacio para poco más de una persona. Por supuesto, una mina recién estrenada en Australia no representa las condiciones generales de trabajo en el sector pero indica hacia dónde va el futuro: mejores condiciones pero también claramente menos necesidad de mano de obra.